En el marco del Seminario sobre Medicina y Salud, el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas” de la Facultad fue sede de la conferencia “Adicciones e inimputabilidad, desafíos para el sistema de justicia”, impartida por el doctor José Nicolás Iván Martínez López, Investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, con el doctor Luis Armando Martínez Gil, Coordinador de Proyectos del Seminario, como moderador de la sesión.

Al analizar la aplicación de la inimputabilidad en casos de trastornos mentales y adicciones, el doctor Nicolás Martínez, psiquiatra forense y experto en salud mental, señaló: “El derecho penal espera que no cometamos delitos y que tengamos la capacidad de discernir entre bien y mal, conducta delictiva y no delictiva. Por lo tanto, cuando una persona desde el derecho penal no tiene esa capacidad, puede considerarse inimputable. Sin embargo, en la práctica, el diagnóstico de un trastorno mental suele utilizarse como pretexto para declarar la inimputabilidad, sin analizar si realmente existió una alteración en la capacidad cognitiva al momento del hecho delictivo.”

También destacó que “esto ha generado que, durante más de 200 años, la inimputabilidad se aplique de manera rígida y poco actualizada, sin considerar que una persona con un trastorno mental como la esquizofrenia controlada, por ejemplo, podría ser imputable si cometiera un ilícito, ya que su capacidad de comprensión no estaría alterada en ese momento específico”.

El especialista añadió que “el problema es que los psiquiatras se han tomado muy en serio que el hecho del diagnóstico tiene que ser el que aterrice la inimputabilidad y no se hace un correcto estudio y una crítica de una figura que lleva dos siglos de ejercerse igual”, destacando la necesidad de reformular este concepto desde una perspectiva dimensional de la capacidad cognitiva.

Respecto al tema específico de las adicciones, el especialista planteó una postura innovadora al afirmar que “en el caso de las personas con dependencia de sustancias, ellos serían inimputables porque la toma de decisiones está modificada. Impera el consumo de sustancias, el craving, para poder seguir estando bien. Por lo tanto, tendríamos que considerar inimputables a los dependientes y no seguir con estos problemas de la justicia terapéutica que no ayuda a ninguna persona con adicción que cometió un delito violento”.

Sobre adicciones socialmente aceptadas, el doctor Martínez López explicó que el consumo de sustancias como el alcohol está asociado a un alto porcentaje de delitos violentos. “El alcohol es la sustancia más relacionada con homicidios a nivel mundial, con un 37% de los casos. Sin embargo, socialmente le tenemos más miedo a otras sustancias como la marihuana o la cocaína”, afirmó. Cuestionó además los límites de la llamada justicia terapéutica al señalar que “en México no es igual el adicto con grandes recursos económicos, que es visto como víctima del entorno, que aquel en situación de calle, a quien se criminaliza inmediatamente”.

El ponente también alertó sobre el preocupante fenómeno de medicalización del consumo de sustancias entre estudiantes y profesionales de la salud, revelando que “cada vez es más frecuente encontrar estudiantes de medicina que utilizan sustancias como marihuana, cocaína o incluso medicamentos controlados como el metilfenidato para ‘aguantar’ el ritmo académico y las guardias. Esto representa un grave riesgo, pues quienes no necesitan estos fármacos pueden desarrollar psicosis, taquicardias y afectaciones cardíacas, además de que el consumo de cannabis en etapas tempranas se asocia con deserción escolar y deterioro cognitivo progresivo”.

Durante sus comentarios, el doctor Martínez Gil enfatizó el papel de los profesionales de la salud en la prevención y la importancia de actualizar los marcos legales: “Necesitamos un enfoque interdisciplinario que priorice la salud pública sobre el castigo, especialmente en casos donde las adicciones y los trastornos mentales se entrelazan. La normalización del consumo de alcohol y otras sustancias entre jóvenes y profesionales de la salud representa un reto adicional que debemos abordar desde la academia”.

El evento, transmitido en vivo (https://www.youtube.com/watch?v=jJD86eqVJfo) para la comunidad universitaria y público en general, formó parte del ciclo de sesiones organizado por el Seminario sobre Medicina y Salud, que continuará el 31 de octubre con el tema “Inflamación y Salud Mental”.

Daniel Gallardo