“Si desde el inicio nos contaran que en la infancia se define la salud mental (y yo le agregaría la salud física) de un adulto, entonces trataríamos con más amor el alma de los niños”, aseguró la doctora Diana Guizar, paidopsiquiatra y académica del Departamento de Fisiología de la Facultad, quien ofreció la conferencia titulada “Trastorno Límite de la Personalidad: experiencias tempranas y sesgos cognitivos”.

Durante la sesión del Seminario de Actualización en Salud Mental, transmitida por YouTube, la doctora Ana Carolina Rodríguez Machain, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental y moderadora del evento, señaló en su introducción que “este espacio es para aproximarnos a temas de salud mental, reflexionar e intercambiar ideas”.

A lo largo de su exposición, la doctora Guizar explicó cómo las “experiencias adversas tempranas” dejan huellas profundas en el cerebro, afectando regiones como el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal, relacionadas con la memoria, la regulación emocional y la toma de decisiones.

Ademas, destacó que entre los factores más influyentes están el “abuso sexual, el maltrato físico y la negligencia emocional”, que inciden directamente en los problemas de regulación emocional y en los sesgos cognitivos de quienes desarrollan Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).

“Una generación llena de padres amorosos podría cambiar el cerebro de la siguiente generación y con eso probablemente el mundo”, indicó la experta, respecto a la necesidad de explicar que “hay varias escalas, algunas que evalúan antecedentes en la infancia como violencia o negligencia, y también escalas para diagnóstico de trastorno límite o experiencias adversas” .

También se habló sobre tratamientos emergentes como la “neuromodulación”, la cual “podría ser un tratamiento coadyuvante, pero nunca va a sustituir a la psicoterapia. En el caso del Trastorno Límite de Personalidad, se requiere la psicoterapia”. En ese sentido, la ponente resaltó la importancia de intervenir en etapas tempranas: “La adultez temprana, alrededor de los 18 años, es un momento clave para intervenir para poder ayudar esa atención temprana”.

Otro punto sensible fue el “estigma asociado al TLP”, en especial en relación con el género: “Muchas veces estas conductas se minimizan diciendo ‘ya sabes que es tóxica’ o ‘es intensa’, pero eso evita que la persona busque ayuda y fomenta la autoculpa. No hay nada más terrible que sentirte inaceptable en ti como persona” .

Para concluir esta actividad organizada por la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del DPSM, la doctora Rodríguez Machain invitó a abrir el diálogo y reflexionar sobre el tema mediante la dinámica de preguntas y respuestas. Finalmente, la doctora Guizar cerró agradeciendo la oportunidad de compartir sus investigaciones