La búsqueda de respuestas a preguntas sobre cómo el cerebro codifica y procesa la información para generar mecanismos tan complejos como lo es la conciencia, han guiado desde muy temprana edad el camino académico de Katterine Irania Torres Valderas, estudiante de la Licenciatura en Neurociencias, quien, motivada a formarse en un campo multidisciplinario, realizó una estancia de estudio en el Instituto Balseiro de la Universidad Nacional de Cuyo en Argentina.
La elección que tomó fue gracias a su tutor de tesis, quien estudió en el Instituto Balseiro, motivo por el cual le recomendó esa universidad para realizar su proceso de movilidad estudiantil. Además, conocía a la institución por su excelencia académica: “Representaba todo un reto para mí, pero también una gran oportunidad para seguir creciendo académicamente y mejorar mis habilidades en el modelado computacional aplicado a la Neurociencia Cognitiva”; expresó Katterine.

“Lo que más disfruté fue vivir toda la experiencia de ser estudiante del Balseiro: vivir allí, tomar algunas clases, ir al laboratorio y estar rodeada de naturaleza, montañas y nieve en pleno invierno. Por ejemplo, recuerdo que en mis primeros días caminaba entre la nieve para llegar al laboratorio mientras veía el lago y las montañas. Ese ambiente hacía que estudiar ahí se sintiera distinto e inspirador. También disfruté de conocer a muchos estudiantes del área físico–matemática, sus proyectos y ver de primera mano cómo la investigación se transforma directamente en aplicaciones tecnológicas”, compartió sobre su estancia, la cual tuvo una duración de dos meses.
En el tiempo que estuvo en el Instituto Balseiro, Katterine colaboró en un proyecto de investigación: “Trabajé en la implementación del algoritmo CEBRA, un nuevo algoritmo computacional basado en Machine Learning, a una base de datos de corteza visual. Esto nos permitió visualizar las dinámicas latentes del cerebro y realizar una primera aproximación sobre cómo se realiza la clasificación de imágenes en áreas cerebrales como V1, V4 y la corteza inferotemporal”, explicó.
El principal reto al que se enfrentó durante su estancia de investigación en Argentina fue estar en un ambiente completamente distinto en todos los sentidos, tanto personal, como cultural y académico. Lo más difícil para ella fue enfrentarse a lo desconocido, permanecer lejos de quienes conocía, vivir nuevas dinámicas de trabajo y un nivel académico muy exigente. Sin embargo, este desafío también la preparó para el futuro y la ayudó a generar conciencia de sus capacidades.

“Regresar me dio bastante alegría. Pude reencontrarme con mis compañeros que también trabajan en proyectos de Neurociencia, y volver al laboratorio donde he estado los últimos dos años. Ese regreso me recordó lo mucho que valoro el trabajo en equipo. Además, ahora vuelvo con una visión más amplia gracias a lo que aprendí en la estancia, y eso me emociona porque también puedo integrar y continuar desarrollando el proyecto que inicié en el Balseiro”, expresó Katterine sobre su retorno a la UNAM.
Katterine manifestó además su gratitud con el Instituto Balseiro y los aprendizajes que le dejó la experiencia de movilidad: “Aprendí el valor de salir de la zona de confort, ya que estar en un lugar tan distinto te cambia de muchas formas. También me llevo un especial cariño por el Instituto Balseiro y las personas que lo forman, ya que me recibieron con las puertas abiertas en sus instalaciones, visité laboratorios donde me explicaron de las investigaciones que se realizan, e incluso tuve la oportunidad de conocer su reactor nuclear y verlo en funcionamiento”.
Finalmente, compartió un consejo para la comunidad estudiantil que esté considerando una experiencia de movilidad: “Quisiera decirles que no se limiten pensando que será demasiado difícil. Es cuestión de revisar los requisitos, seguir los pasos para aplicar y animarse. Cuando menos te das cuenta, ya estás en otro país desarrollando tu proyecto de investigación. Para quienes desean dedicarse a la ciencia, esta experiencia es invaluable, es algo que no se pueden perder, porque este campo se trata de colaborar, generar ideas y de desarrollar proyectos en conjunto”.
Claudia Villalpando


