Realizar una estancia académica en el extranjero fue una de las metas que Alejandro Campos Muñoz se propuso al iniciar su formación como médico de la Facultad de Medicina de la UNAM. Al llegar al Internado se postuló y fue aceptado en la Cleveland Clinic de Ohio, una de las instituciones más destacadas a nivel mundial en Medicina y catalogada como el segundo mejor hospital en los Estados Unidos.

Para lograr ser aceptado en esta institución, Alejandro aprobó el examen STEP 1 en meses (que permite certificar los estudios médicos en ese país y conseguir una licencia médica), el cual es un proceso que suele lograrse en años y convierte a esta estancia académica en una de las más difíciles de conseguir.

Lo primero que notó al llegar a esta institución fue la organización laboral. “Es un equipo multidisciplinario que incluye a trabajadores sociales, médicos, enfermeras, asistentes médicos y profesionales de la rehabilitación. Es una red donde todos deben estar en comunicación”, asegura.

También llamó su atención el ambiente respetuoso y formal que predomina, y el objetivo que persiguen: “se enfocan en la calidad, seguridad y satisfacción del paciente”, puntualizó.

“Te encuentras árabes, musulmanes, personas de otras lenguas, pocos latinos, pero es un reto porque te comunicas en otro idioma, haces lo que te gusta, aunque sabes que es difícil”, confirma el alumno.

Alejandro también pudo aportar académicamente a esta institución a través de sus prácticas clínicas, en donde al descubrirse como el único practicante mexicano en el lugar se propuso “sacar la casta”. Para él, representar a México y a la UNAM en el extranjero es motivo de orgullo.

“Desde que te das cuenta que no hay otro connacional y eres el único de la máxima casa de estudios, eso te hace dar lo mejor que tienes. Aportas mucho al trato, como mexicanos tendemos a ser más amenos con los pacientes, a escucharlos más. Somos muy sociables y tenemos mucha iniciativa, esa es nuestra mayor contribución. También me relacioné con los médicos, traté de generar buenas amistades allá y ellos me ofrecieron las oportunidades de hacer investigación y tomar clases”, asegura.

Esta experiencia de movilidad académica también lo enriqueció de forma multicultural y social. “Conocí estudiantes de Brasil, China, Jordania, Taiwán y Turquía. A pesar de ser de distintas latitudes nos llevamos bien sólo por tener un sueño. Lo que hace muy significativo el intercambio es que compartes costumbres tuyas y aprendes de otras culturas”.

Fue una vivencia que Alejandro recomienda sin lugar a dudas: “Te abre el panorama y te obliga a exigirte más. Estás en la carrera que quieres, haciendo lo que te gusta, te da la oportunidad de estar en un lugar donde se hace la mejor Medicina, rodeado de gente que ama lo mismo que tú. Te abre puertas al regreso, afianza tus metas y te motiva a seguir adelante y a querer más de la carrera”, concluye.

Samedi Aguirre y Lili Wences