La mayoría de las personas olvidan que el bienestar físico y mental debería ser una de sus prioridades, dejando pasar focos rojos que advierten que algo no está bien en su salud o en la de otros individuos que las rodean. Con esta premisa, la psiquiatra Griselda Galván Sánchez advierte que los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son enfermedades psiquiátricas discapacitantes que en su mayoría afectan a las adolescentes, siendo las principales anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, el síndrome del comensal nocturno y trastorno por atracones.

“Para cada diagnóstico existe una explicación neurobiológica diferente; por ejemplo, para anorexia nerviosa los pacientes suelen tener transformación al nivel de la ínsula, que es la parte que registra nuestras señales de interocepción, es decir, las señales de hambre y saciedad; en consecuencia los pacientes no saben cuándo tienen hambre o cuándo están satisfechos”, afirmó la especialista adscrita al Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.

Durante el 2º Ciclo anual de preguntas y respuestas Todo lo que siempre quisiste saber y no te atrevías a preguntar 2019, organizado por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, se detalló que la bulimia nerviosa es una distorsión neurobiológica que tiene que ver con el control de los impulsos; en tanto, los atracones son arranques de una gran ingesta de alimentos en poco tiempo, acompañada de la sensación de pérdida de control de su persona, esto es que no es capaz de detenerse aunque esté satisfecha.

En el trastorno por atracón el circuito cerebral de la recompensa está alterado, los enfermos tienen menos respuesta en el autocontrol y también necesitan cantidades mayores de comida para liberar dopamina.

Por otra parte, el síndrome del comensal nocturno es un conjunto de signos y síntomas con una misma fisiopatología, es decir, los mismos eventos pero con diferentes causas, el cual desarrolla una deformación en los ciclos de la melatonina, el sueño y la vigilia; estas personas comen después de las seis de la tarde, incluso ya dormidas el hambre las despierta y sienten la necesidad de ingerir alimento.

La doctora Galván Sánchez puntualizó que existen diversas escalas que pueden dar un tamizaje para valorar si se padece algún TCA, por ejemplo el Cuestionario de conductas de riesgo. Consta de 10 preguntas con cuatro opciones de respuesta sobre la frecuencia que se realiza la conducta: 0=nunca o casi nunca, 1=algunas veces, 2=con frecuencia (2 veces a la semana) y 3=muy frecuentemente (más de dos veces en una semana).

Después de responder varias interrogantes del público relacionadas con el eje temático, la especialista finalizó con la recomendación de que lo único que mantendrá sanas a las personas es un patrón regular de alimentación y la actividad física. “Si empezamos a romper este patrón con ayunos prolongados, lo único que haremos es disminuir la efectividad del metabolismo”, manifestó.

Samantha Cedeño