En la actualidad, Manuel Villalobos Trueba realiza su Servicio Social en Fisioterapia en la Facultad de Música de la UNAM, donde también cursa el cuarto semestre de la Licenciatura de Instrumentista en Guitarra.

Originario del Estado de México, el alumno descubrió desde muy pequeño su gusto por la música y a los nueve años comenzó a tocar ese instrumento. Para cuando tenía 12 ya había ingresado al Conservatorio de Música de Toluca; posteriormente, cursó la carrera técnica y comenzó la licenciatura.

Con deseos de aprender más sobre aspectos artísticos, hizo el examen para ingresar a la Facultad de Música, donde revalidó materias del curso propedéutico, el cual tiene una duración de tres años.

Sin embargo, estando en éste comenzó a tener problemas de movimiento en una mano. “Llegó un punto en que ya no podía tocar casi nada y ahí fue donde la Fisioterapia entró a mi vida, conocí una terapeuta que me ayudó y pensé que sería increíble poder combinar ambas disciplinas, que hubiera personal de salud con conocimientos en el ámbito en el que se desenvuelven los artistas para enfocarse en su atención y en la prevención de lesiones”.

Con esa motivación, presentó el examen para la Licenciatura en Fisioterapia de la Facultad de Medicina, ingresando en 2015, y dos años después hizo los trámites para cursar la carrera simultánea en la Facultad de Música, reanudando sus estudios artísticos.

Hoy Manuel tiene la oportunidad de conjuntar sus dos pasiones: en el Centro de Entrenamiento Somático, donde realiza su Servicio Social desde el 1 de agosto de 2018, desarrolla diferentes actividades orientadas a generar mejores hábitos de vida para los músicos, como la promoción de la actividad física o la práctica de algún deporte.

“Les hacemos una valoración previa para comparar qué mejorías tienen después de una temporada de realizar ejercicio. Analizamos los casos en los que hay alguna lesión, que generalmente se deriva de tantas horas que pasan practicando en el instrumento, por mantener posturas forzadas mucho tiempo, por los movimientos repetitivos o la acumulación de tensión. No sólo es importante atenderlos pronto, sino evitar que tengan problemas, por eso ponemos especial atención en la prevención”, afirma.

Aún le restan dos años para concluir su carrera musical; mientras tanto, organiza su tiempo para conjugar ambas actividades, ofreciendo conciertos en diferentes puntos de la ciudad y del país, e impartiendo cursos y pláticas enfocados a la intervención fisioterapéutica en músicos.

“Es importante dar a conocer que esta población tiene necesidades de atención a su salud y se requieren especialistas que atiendan sus problemas derivados de tocar un instrumento. Mi objetivo es que cada vez haya más fisioterapeutas dedicados a la prevención de lesiones, para que el músico no tenga limitaciones corporales para expresarse”, destaca el doble universitario.

Lili Wences y Mariluz Morales