Las enfermedades crónicas no transmisibles se caracterizan por ser padecimientos que se prolongan por un largo periodo y pueden ser degenerativas de la salud de las personas si no se les da la atención adecuada, o incluso llegan a necesitar tratamientos de por vida.

Como ejemplos representativos están la diabetes, así como las enfermedades del corazón, riñón y neurológicas, caracterizadas por su complejidad, pero donde cada una cuenta con sus particularidades.

En la actualidad, son responsables de más del 70 por ciento de las defunciones en el país, lo que muestra un gran ascenso si se comparan con el 7 por ciento que representaban en los años sesenta, explica el doctor David Kershenobich, director General del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores. “No hay que olvidar que son enfermedades que involucran al paciente y a las familias, llegando a afectar a ambas partes. Son padecimientos que hay que entenderlos desde un sentido holístico, es decir, desde la integración de todas sus perspectivas”, señaló.

Durante la segunda sesión del Seminario Grandes temas nacionales de salud que abordó el tema La amenaza que nos alcanzó, el caso de las enfermedades no transmisibles, la doctora Patricia Ostrosky, Investigadora Titular “C” del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del Instituto de Investigaciones Biomédicas, resaltó que la interacción de los genes y el ambiente cobra gran relevancia por ser, en conjunto, causa de diversas enfermedades crónico degenerativas, entre ellas el cáncer; “pero no hay que olvidar que el desarrollo de las mismas también se ve influenciado por las diferencias de cada individuo, que pueden favorecer su susceptibilidad”.

En su oportunidad, el doctor Rosbel Toledo, de la Dirección de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, mencionó que cuando se interroga al paciente en consulta, regularmente no se le pregunta sobre su ejercicio profesional, aunque éste es en ocasiones el origen de su malestar.

Dado que estas enfermedades han ido en aumento, los ponentes resaltaron la necesidad de seguir en la búsqueda de factores de riesgo y actuar sobre ellos mediante políticas públicas, promover la detección temprana de estos padecimientos en poblaciones de mayor riesgo y educar en salud, para generar cambios en estilos de vida y consecuentemente sociales.

Finalmente, el doctor Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, agradeció la participación de los ponentes por su incesante interés en temas nacionales de salud, y al doctor Gustavo Olaiz Fernández, coordinador del Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud, quien moderó y organizó la sesión.

Mariluz Morales