La evolución involucra un proceso biológico que consiste en el cambio gradual de los seres vivos; sin embargo, cuando pensamos en evolución distinguimos que la gran diferencia entre los seres humanos y el resto de los animales es la inteligencia, la cual es dada por el cerebro; pero a pesar de esto, este órgano ha experimentado cambios importantes durante nuestra evolución que están íntimamente ligados a nuestra forma de desplazarnos o a la morfología del esqueleto, pero también se debe al crecimiento, desarrollo, dieta, cultura y un sinfín de elementos más que se convierten en las claves fundamentales para que el ser humano pueda entenderse como un todo, es decir, cada suceso es importante, dado que el anterior despierta al siguiente, como eslabones de una cadena, la cual nos ha llevado hasta el día de hoy.

Es por esto que en el Seminario de Investigación del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, se presentó el tema “Evolución del cerebro”, impartido de manera híbrida en el auditorio “Dr. Octavio Rivero Serrano”, y transmitido por YouTube, donde el doctor Fidel Alberto Ramón Romero, investigador jubilado del Departamento de Fisiología, habló de las diferentes teorías que existen respecto a la evolución del cerebro humano, de sus características, así como de los diferentes posibles ancestros donde probablemente se desarrolló este órgano.

La evolución en el ser humano avanza lentamente, y esto se debe a que la naturaleza va haciendo diferentes pruebas en animales, es decir, primero observa cómo funciona cierto aspecto en un animal para poder aplicarlo al siguiente, y así sucesivamente hasta que se encuentra con una estructura con la cual se obtenga una función óptima; un ejemplo de esto es la notocorda, la cual corresponde a la columna vertebral de los animales vertebrados”, comentó.

El proceso de evolución y humanización del cerebro lo convirtió en un órgano único y diferente, alcanzando el mayor tamaño relativo entre todas las especies, pero además le permitió una reorganización estructural de tejidos y circuitos en segmentos y regiones específicas, esto explica las notables capacidades cognitivas del hombre moderno, en comparación no sólo con otros miembros de su género, sino con otros miembros más antiguos de su propia especie: “Nuestros ancestros homínidos fueron aumentando el tamaño de su cerebro con el paso del tiempo, sin embargo, hoy en día se ha visto que en los últimos 20 años el tamaño de nuestro cerebro ha disminuido, y esto no quiere decir que nos estemos volviendo más tontos, sino que hemos seguido el paso del tiempo y hemos estado evolucionando”, indicó.

En la actividad académica moderada por el doctor Ricardo Martínez Tapia, Coordinador de Investigación del Departamento de Fisiología, el doctor Ramón Romero mencionó que “el volumen o tamaño del cerebro no es un reflejo de la inteligencia de las personas, dado que algunas que fueron muy notables en su época tenían el cerebro pequeño y otras que tenían el cerebro muy grande carecían de inteligencia; esto debido a que la actividad cerebral se debe a la función de las neuronas y las conexiones sinápticas que hay entre ellas, y gracias a estas numerosas conexiones se definen ciertas características en los seres humanos como la inteligencia, la personalidad, el carácter o diferentes talentos”.

Vicky Enrimar