La hipernatremia es un trastorno hidroelectrolítico que consiste en una elevada cantidad de sodio en la sangre; en su contraparte está la hiponatremia, la cual presenta niveles por debajo de la normalidad.

“El sodio es el catión dominante en el líquido fuera de las células, es el principal contribuyente de la osmolaridad plasmática, necesaria para mantener el equilibrio interno. Sus valores normales van de 135 a 145 mEq”, explicó la doctora Lorena Sánchez Barbosa, de la Coordinación Técnica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células del IMSS.

Las causas de estas dos alteraciones pueden acompañarse de un bajo, normal o alto nivel de agua corporal: hipo, euvolemia e hiper, respectivamente. Por ejemplo, la hiponatremia puede generarse tras una ingesta exagerada de líquidos o por diarreas y vómitos prolongados, mientras que la hipernatremia puede desencadenarse durante la administración de líquidos intravenosos con altas concentraciones de sodio. También afectan las condiciones particulares de cada paciente como enfermedades renales o del sistema endocrino, e ingesta de fármacos.

“Cuidamos mucho los rangos del electrolito, sobre todo en los niños, porque muchas veces no pueden expresar cuando tienen sed, y si la ingesta de líquidos y/o alimentos es inadecuada puede desencadenar en una alteración hidroelectrolítica”, resaltó la doctora Sánchez Barbosa durante el curso Nefropediatría y nutrición en la enfermedad renal, organizado por el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y la Fundación para la Acidosis Tubular Renal Infantil Mexicana.

En el evento académico, realizado en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”, la especialista explicó que si alguna vez se tiene un paciente con hiper o hiponatremia, lo primero que se debe medir es la osmolaridad plasmática a través de sangre y orina.

En ambos casos el manejo dependerá de la causa, sin embargo, en general la terapia se basa en la administración de líquidos, ya sea para alcanzar el balance normal de sodio o para corregir el déficit de agua. Hay que tomar en cuenta que el tratamiento debe ser cauteloso porque al corregir de manera muy rápida se pueden generar mayores complicaciones.

En el curso, dirigido a estudiantes y profesionales de la salud y coordinado por las doctoras Laura Escobar y Mara Medeiros, también participaron los doctores Lorena Sánchez, Mario Matos, Omar E. Guadarrama, María E. Ortiz, Laura Díaz, Lorena I. Medina, Alfonso Huante, Ramiro A. Luna, Mariana Rodríguez, Norma Guerra y Juan C. Ramírez.

Los ponentes abordaron temas relacionados con obesidad e hipertensión arterial, alteraciones en la mineralización ósea y metabolismo de vitamina D en pacientes con enfermedad renal, oxalosis, nutrición en litiasis, trasplante renal, monitoreo terapéutico de fármacos inmunosupresores, síndrome nefrótico, seguimiento y nutrición en lesión renal aguda y diabetes insípida nefrogénica, todos ellos enfocados al paciente pediátrico.

Lili Wences y Mariluz Morales