En enero pasado llegó a taquilla la película de DreamWorks y secuela de un spin-off de Shrek: “El gato con botas, el último deseo”, donde se presentan las aventuras del ya conocido felino mientras intenta recuperar ocho de las nueve vidas que ha vivido, un viaje que expresa toda una gama de emociones y el impacto de éstas en la salud mental. Tema que en los últimos años ha sido un punto de enfoque para el bienestar de los universitarios.

Es por ello que se eligió esta película para su proyección y discusión en la sesión de mayo del 4º Ciclo de Cinedebate “Salud Mental y universitarios”, organizado por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, el pasado 25 de mayo en el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas”.

Las reflexiones se centraron en tres líneas principales: diversidad, compañerismo y resiliencia; incluyendo experiencias análogas a la vida universitaria como la ansiedad y la depresión, así como la adaptación y el autodescubrimiento.

“La interacción inicial entre Gato y Kitty con Perrito nos muestra la forma en que, como seres integrales, nuestra historia influye en los juicios de valor que creamos de otros y de uno mismo. Siendo necesario tiempo, diálogo y empatía para poder reconocer esa autenticidad”, reflexionó la maestra Cintia Melissa Salas Bermúdez, licenciada en Psicología Clínica, maestra en Psicoterapia Cognitiva Conductual y responsable del Área de Psicología del DPSM.

Por su parte, el doctor Luis Carlos Faudoa Mendoza, especialista en Psiquiatría y responsable de la Clínica de Atención Integral para las Adicciones del DPSM, señaló a quien consideró fue el personaje principal: Perrito. “Este canino desde el inicio se presenta como un perro terapeuta, y de forma indirecta es quien va catalizando las situaciones de terapia entre los diferentes personajes, ya fuese concientizando a Kitty en su búsqueda de alguien en quien confiar, a Gato de la riqueza de su vida actual, o bien, a Ricitos de Oro en el valor de lo que ya tenía: una familia”.

Además, se refirió a una de las escenas de salud mental más significativas: Gato viviendo un ataque de pánico. “La secuencia hace énfasis en que no siempre las emociones se canalizan al lenguaje en primera instancia, de allí la importancia de reconocerlas y de saber que es necesario atravesar el miedo y el duelo para después volver a la calma”.

A su vez, la maestra Salas Bermúdez destacó que “no en todos los casos de compañerismo ambas partes coincidirán en el grado de acercamiento, de ahí que se deba establecer una relación responsable y con respeto mutuo hacia el proceso emocional que cada uno atraviesa, y el cómo elige hacerlo”.

Con dinamismo de principio a fin, el cinedebate coordinado por la doctora Olga Robelo Zarza, responsable del área de Comunicación en Salud Mental del DPSM, permitió a las y los asistentes romper el estigma que rodea a la salud mental y abordar esta temática desde una perspectiva holística, reconociendo su papel en la vida universitaria.

Athziry Portillo