La vida del médico cirujano inicia una vez que entra a la Facultad, en un recorrido promedio de seis años y medio, y culmina con la aplicación del examen profesional, donde se ponen a prueba conocimientos teóricos y prácticos que los estudiantes deben poseer.

Este examen se divide en dos fases: teórica y práctica. La última es obligatoria, independientemente del tipo de modalidad de titulación que haya elegido el alumno. Actualmente, para obtener el grado académico, la Facultad de Medicina tiene cuatro opciones de titulación: la primera (A) por trabajo de investigación, la segunda (B) por examen general de conocimientos, la tercera (C) por alto nivel académico, y la última (D) por estudios de posgrado.

En el examen general de conocimientos, la fase teórica se cubre mediante la aplicación de una prueba de opción múltiple con 330 reactivos, basados en situaciones clínicas a las cuales se enfrentará el alumno cuando egrese. Para contestarla, los aspirantes disponen de dos días y se realiza en el Centro de Evaluación Automatizado Tlatelolco-UNAM.

La fase práctica tiene dos modalidades: el Examen Clínico Objetivo Estructurado (ECOE), el cual se realiza en el Centro de Evaluación y Certificación de Competencias Clínicas en Salud (CECCOMS), ubicado en el octavo piso de la Torre Tlatelolco-UNAM; en ésta, el alumno rota por seis consultorios, en cada uno se evalúa alguna habilidad o destreza clínica ante un paciente estandarizado, todas ellas relacionadas con las competencias de egreso que se indican en el plan de estudios. De tal manera que en cada consultorio se presenta un caso con un paciente estandarizado y un evaluador.

“La Facultad, siempre a la vanguardia en educación, tiene 19 años aplicando este examen, considerado el estándar de oro para evaluar la competencia clínica. Diversos estudios han mostrado que los resultados son muy consistentes en relación al desarrollo del alumno. Es el más usado a nivel mundial”, explicó el doctor Armando Ortiz Montalvo, jefe del Departamento de Evaluación Educativa de la Secretaría de Educación Médica.

La segunda modalidad es el Examen Ante Paciente Real (APR), es la forma tradicional del examen profesional médico y se desarrolla en unidades médicas del sector salud; al alumno se le asigna un paciente real y es evaluado por un jurado compuesto por tres o cuatro profesores. Durante el examen el sustentante hace toda la recopilación del caso: interroga al enfermo, lo explora, establece sus diagnósticos sindromáticos, presuncionales, definitivos y presenta el caso ante el jurado.

“A los alumnos les recuerdo que, cuando presenten su examen profesional, piensen que es la culminación de su carrera, que deben demostrar que poseen los conocimientos, habilidades y destrezas que han adquirido a lo largo de su formación que les permitirán desempeñarse como médicos generales. Realmente no es un examen que los debe poner nerviosos, porque se evalúa lo que han hecho durante toda su carrera”, indicó el doctor Ortiz Montalvo.

Mil 282 alumnos de la UNAM y escuelas incorporadas presentaron el examen profesional, de los cuales 899 fueron de la Facultad de Medicina. Los días 6 y 7 de enero sustentaron la fase teórica y del 9 al 17 de enero los alumnos de la Facultad presentaron la fase práctica.


“Es un examen bien estructurado, ya que a lo largo de la carrera te van preparando para este momento con el ECOE y prácticas del CECAM”. Ricardo Covarrubias Gómez.

“Cuando estuve frente al paciente y lo pude interrogar, me sentí tranquila porque es lo que me gusta, me dio confianza, lo hice sin olvidar la parte de respeto y amabilidad”. Montserrat Díaz Vázquez

Eric Ramírez