En la segunda sesión del Seminario de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPySM) de la Facultad de Medicina, se dio a conocer el proceso que se realizó como parte de los estudios de campo para proponer a la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminar el diagnóstico de transgénero del capítulo de trastornos mentales o trasladarlo a un apartado diferente de la Clasificación Internacional de Enfermedades en su revisión 11 (ICD-11 por sus siglas en inglés).

La doctora Ana Fresán Orellana, jefa del Laboratorio de Epidemiología Clínica del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, habló sobre el primer estudio realizado en México con 250 individuos transgénero en la Clínica Condesa, y tuvo como objetivo evaluar los cambios propuestos por las guías diagnósticas de la ICD-11.

Así, se concluyó que el distrés y el deterioro funcional (considerados uno de los aspectos esenciales de la condición transgénero tanto por el DSM-5 como la ICD-10) son comunes pero no universales en esta población. “Este análisis evidenció que no es un trastorno mental y requiere ser reclasificado; además, los resultados son de gran impacto, pues se replicaron en cinco países (Brasil, Sudáfrica, India, Líbano y Francia)”.

La doctora Ingrid Vargas Huicochea, coordinadora de Investigación del DPySM y del Seminario, explicó que a partir del estudio mencionado, se indagó qué personas habían recibido algún diagnóstico de niños; manifestaron que éste fue calificado como inespecífico o enfermedad mental, y recibieron intervenciones psicológicas o manejo farmacológico que, al estar matizadas por el desconocimiento y estigma de la condición, tendían a provocar más daño que beneficio. Asimismo, los participantes en el estudio, hablaron de haber identificado la discordancia con el malestar alrededor del género asignado entre los 3 y 6 años de edad y que la condición fue persistente, pero la ocultaban para no ser maltratados.

Los entrevistados coincidieron en que la mejor clasificación de su condición sería en “Aspectos de salud sexual”, y que el diagnóstico es muy necesario en la infancia, pues tiene beneficios como la mejor aceptación y el autoconocimiento, así como el acceso a tratamiento temprano adecuado.

Por su parte, el doctor Jeremy Cruz Islas, experto en minorías sexuales y su atención en aspectos de la salud mental, resaltó que se requiere generar políticas públicas y agendas específicas basadas en derechos humanos para disminuir las brechas inequitativas y replicar las clínicas amigables, las cuales cuentan con un equipo interdisciplinario y sensibilizado en el tema.

“Una forma muy sencilla para generar un cambio en las instituciones y que se trate con respeto al paciente, es preguntarle cómo desea que se le llame y colocar el nombre en su carnet o expediente”, indicó.

Finalmente, la doctora María Elena Medina-Mora Icaza, jefa del DPySM, felicitó a los investigadores por realizar estos estudios, los cuales “nos hablan de lo que podemos hacer para cambiar una condición cuando usamos la ciencia”.

El objetivo del Seminario de Investigación es dar a conocer a la comunidad académica y científica de la Universidad, los estudios realizados por investigadores del DPySM en coordinación con otras instituciones, abriendo canales de comunicación que favorezcan la colaboración para futuros proyectos.

Lili Wences