En esta era caracterizada por una abrumadora lluvia de información sobre cualquier tema, resulta muy fácil encontrar contenido que si bien puede ser muy llamativo, en la mayoría de los casos genera más incertidumbre que respuestas. Los datos acerca de COVID-19 se actualizan minuto a minuto, sin embargo, no todos ellos provienen de fuentes confiables, lo cual vuelve muy importante la creación de contenido que sea útil y veraz para la población que vive esta emergencia.

Existen puntos muy importantes que tenemos que conocer sobre este virus, para puntualizar sobre estos datos, la doctora Rocío Tirado Mendoza, académica del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó: “Respecto a la estructura de este virus, en su interior se encuentra alojado el genoma viral, constituido por RNA de polaridad positiva asociado a la proteína N o de Nucleocápside. Este genoma codifica para 16 proteínas no estructurales, las cuales sólo se expresan en células infectadas. Además, cuenta con una envoltura, y en la cara interna de ésta, se encuentra la proteína M”.

Ancladas a la superficie de su envoltura se encuentran dos proteínas: la glicoproteína S o Spike, responsable de la unión al receptor celular y de la fusión de la envoltura viral al endosoma y la proteína E, que es una viroporina, la cual sirve de canal iónico y participa en la pérdida de la envoltura viral y en la morfogénesis viral.

Clínicamente se considera un virus de tipo respiratorio, debido a que su mecanismo de transmisión es por vía aérea, a través de aerosoles constituidos por secreciones nasales, respiratorias y saliva. Es importante recalcar que las secreciones respiratorias pueden permanecer en objetos hechos de diversos materiales y al tocarlos con las manos adherirse a la piel. Cuando las manos son llevadas a los ojos, la nariz o la boca, propician la entrada del virus a través de las mucosas y/o la conjuntiva.

Al ser transmitido, durante la fase inicial de la infección, el virus puede presentarse con signos y síntomas como fiebre mayor a 38ºC, cefalea, malestar general y tos seca o de forma asintomática. Al hablar sobre cómo es que el virus infecta al cuerpo, es decir, la fisiopatología, la doctora Tirado explicó que el virus se une a la enzima convertasa de angiotensina 2 (ACE2, Angiotensin Convertase Enzyme), que es una molécula receptora que se expresa en el tracto respiratorio, y de manera abundante en el pulmón. La interacción del virus con esta molécula receptora activa una cascada de citocinas proinflamatorias y quimiocinas que provocan un proceso inflamatorio severo, así como la migración de células polimorfonucleares, que por acción de estas quimiocinas activan a los neutrófilos, que son muy susceptibles a ser infectados, con lo cual se exacerba el proceso inflamatorio y, finalmente, estos procesos contribuyen al edema pulmonar y la dificultad respiratoria.

Cabe mencionar que esta molécula ACE2, se expresa en otros órganos como el riñón y el intestino, por la tanto es posible que pueda encontrarse en heces y orina. El daño hacia estos órganos complica el estado del paciente y puede llevarlo a una falla múltiorgánica que ocasione la muerte.

La prueba de diagnóstico consiste en un ensayo molecular llamado Reacción en Cadena de la Polimerasa en tiempo real cuantitativa (qRT-PCR). La sensibilidad de la técnica para la determinación de la carga viral está relacionada directamente con el tipo de muestra. (JAMA Published online March 11, 2020).

Se han propuesto algunos fármacos antivirales como tratamiento, en un estudio francés, se señala la eficiencia de la hidroxicloroquina con azitromicina como tratamiento conjunto.

La forma en la que actúan estos medicamentos es uno de los fundamentos de esta propuesta. En el caso de la hidroxicloroquina, actúa modificando el pH intracelular, haciéndolo más básico; con esta modificación el virus no puede perder su envoltura viral en el endosoma tardío, ya que para este evento es requisito indispensable un pH ácido, durante el cual se exponen los dominios de fusión de la proteína S o Spike para la fusión de la envoltura viral al endosoma. Por otro lado, la azitromicina activa a los macrófagos y a otras células de la respuesta inmune e induce la producción de citocinas anti-inflamatorias, fundamentales para contrarrestar la fisiopatología asociada a SARS-CoV-2.

Otra alternativa de tratamiento consiste en el uso combinado de Tocilizumab, anticuerpo monoclonal humanizado que se une al receptor de IL6 (citocina proinflamatoria), y favorece la disminución del proceso inflamatorio; el segundo es el remdesivir, es un análogo de base que interrumpe la replicación del genoma viral; y el tercero es la hidroxicloroquina.

¿Cómo tendría que ser el medicamento para combatirlo?

Al hablar sobre cómo tendría que ser el fármaco “ideal”, capaz de combatir esta enfermedad, la doctora Tirado Mendoza señaló que el proceso de infección es multifactorial, en el cual participan diferentes proteínas, unas implicadas en la replicación y transcripción del genoma viral, otras implicadas en la entrada del virus a la célula, como el receptor ACE2 y además actúan proteasas celulares, como la furina, la cual participa en el procesamiento y maduración de la proteína S o Spike.

“El diseño del fármaco ideal podría implicar un ‘cocktail’ constituido por tres fármacos: un inhibidor de la proteasa mayor (similar a la papaína) responsable del procesamiento de la poliproteína que contiene a todas las proteínas virales (incluyendo a la polimerasa), si esta proteína se bloquea no habría procesamiento y no habría replicación del genoma viral, un inhibidor de la polimerasa viral (polimerasa dependiente de RNA) y un análogo de base que se intercale e interrumpa la replicación viral”, recalcó la investigadora.

Finalmente, la especialista mencionó que, en este momento, aún no está claro cuál es la participación de los animales de compañía; “al respecto en Hong Kong se reportó el primer caso de perro positivo, pero al parecer con carga viral muy baja, en el seguimiento no hubo eliminación de virus ni saliva, ni heces. El segundo caso fue negativo al seguimiento y recientemente un caso en gato, sin embargo, sin detección de virus en secreciones ni heces. Lo que es contundente es que el modelo experimental de gato si puede infectarse y producir virus, pero no en el caso de perros”, concluyó.

Victor Rubio