El miedo en las ciencias cognitivas se puede definir como experiencias corporales subjetivas de orden afectivo que surgen en respuesta a diversos estímulos que incluyen lo sensorial, cognitivo y el sistema afectivo, que van a tener el objetivo de seleccionar la acción más adecuada.

“Solemos pensar que el miedo es algo que nos debemos quitar, no obstante, lo necesitamos, pues esto nos permitirá realizar diversas acciones, que estarán sujetas a las experiencias previas que se hayan tenido en situaciones similares o iguales. Por ejemplo, tirarse un clavado en algunas personas puede generar miedo, sin embargo, en otras más no generará esta experiencia”, explicó la doctora Melina Gastelum Vargas, académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, durante su charla transmitida por Facebook Live de la Facultad de Medicina.

Algunos autores describieron las emociones, entre ellos Darwin, quien planteó las básicas, como: alegría, disgusto, ira, miedo, sorpresa y tristeza, las cuales las explicó como acciones de vida que son necesarias y algunas juegan un papel crucial, pues pueden evitar situaciones peligrosas. Es por ello que todas las emociones deben ser reguladas, es decir, no pasar de la normalidad, ya que de lo contrario se llegaría a los extremos provocando desórdenes o trastornos.

 “Las emociones se van definiendo también culturalmente, a partir de esto se va moldeando la manera en que se comportará el sujeto. Esto es importante al hablar de la pandemia, pues nos ayudará a ver los elementos que tenemos para que sintamos miedo ante esta situación, algunos de ellos son las experiencias que se han vivido con respecto a la COVID-19, así como los sesgos cognitivos, los cuales son efectos psicológicos que pueden ocasionar una desviación de la experiencia hacia un juicio inexacto o ilógico”, detalló la especialista.

Es importante saber que los sesgos no van solos, pues en ellos se filtran emociones que de igual manera se distorsionan y pueden llevar al sujeto al extremo, produciendo entonces ansiedad, estrés o depresión, dependiendo de la emoción.

“Es por ello que, ante la pandemia, cuando sentimos miedo, vienen más emociones distorsionadas en algunos casos que van a reforzar sensaciones. Por tanto, podemos ver diversas respuestas sociales por la COVID-19, por ejemplo, la negación, es decir algunas personas no creen que exista el virus o bien niegan los riesgos; otros más responden con cinismo y algunos otros con aceptación, en donde hay dos caminos: aceptar los riesgos y generar medidas de cuidado, o bien, caer en el pánico y en la obsesión”, detalló la doctora Gastelum Vargas.

Por tanto, es fácil observar que toda la información está relacionada con el entorno social con el objetivo de monitorizar y decidir cuál será el comportamiento más apropiado de acuerdo con la situación. “Es necesario aceptar que el miedo existe y está ahí, pues es parte natural y lo necesitamos, de tal manera que debemos enfocar nuestra atención en protegernos y hacer lo que tenga mejores beneficios, para nosotros y los demás”, concluyó la especialista.

Diana Karen Puebla