La fatiga, resultado de largas jornadas laborales; la falta de conciliación entre las vidas laboral y familiar; el cambio de domicilio y una situación económica limitada, pueden incidir en el rendimiento académico de quienes estudian una especialización médica.
Asimismo, las presiones y exigencias dentro del hospital; la afectación en las relaciones interpersonales y de pareja, así como la sensación de poco control de su vida debido a la alta carga de trabajo que tienen durante los estudios de especialización, pueden tener consecuencias emocionales que podrían afectar otros aspectos de su vida, afirmó el doctor Gerhard Heinze Martin, jefe de la Subdivisión de Especializaciones Médicas de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina.
Por ello, para plantear estrategias que mejoren la vida académica de los residentes del Programa Único de las Especializaciones Médicas, el investigador indaga, mediante encuestas e instrumentos de medición, si existe una asociación entre el rendimiento académico y cada una de las siguientes dimensiones: sociodemográfica (edad, estado civil y sexo), académica (universidad en la cual cursó la licenciatura y promedio obtenido, institución donde realiza la residencia médica y años que ha cursado), clínica (diagnóstico actual o pasado de trastornos depresivos o ansiosos) y la violencia laboral, también conocida como mobbing y síndrome de burnout.
“Estamos aplicando las escalas de justicia organizacional, nivel de supervisión, y desgaste y violencia laboral, a fin de saber cómo se examina al residente, qué tanto le ayudan, y después vamos a analizar los datos con relación a todas las problemáticas que hay en los médicos, en cuanto a su situación laboral, familiar, interpersonal y, sobre todo, qué control tienen de su vida durante la residencia”, explicó el doctor Heinze Martin.
Además, su investigación analiza cómo los residentes se enfrentan a las diferentes problemáticas que tienen los pacientes y las propias sedes hospitalarias. Para después centrarse en el estrés laboral que presentan, el cual “es, indudablemente, una de las principales fuentes de riesgo psicosocial, y conocer cómo influye en las conductas emocionales y en otros eventos de la vida”.

Lili Wences