Para compartir experiencias con y para los afectados por la esclerosis múltiple, el último miércoles de mayo se celebra el día mundial de la enfermedad. Este año, se promoverá la campaña “Bringing us closer” (Acercándonos), a fin de que pacientes, investigadores, científicos y demás interesados, celebren juntos los avances obtenidos.
Temblores, dificultad al hablar y movimientos extraños de los ojos, fueron los primeros síntomas descubiertos y relacionados con la esclerosis múltiple, enfermedad que, en 1868, el doctor Jean-Martin Charcot (Francia 1825-1893), también conocido como el “padre de la Neurología”, describió oficialmente tras practicar la autopsia a una de sus asistentes.
“La esclerosis múltiple afecta la sustancia blanca del sistema nervioso central, es decir, las prolongaciones que establecen las neuronas y que permiten la comunicación entre muchos grupos de éstas”, indicó el doctor Noel Isaías Plascencia Álvarez, miembro del Subcomité Académico de Neurología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Se trata de un padecimiento crónico en el que se forman zonas de gliosis -proliferación de células gliales dentro del parénquima cerebral- secundarias a una respuesta inflamatoria, como consecuencia de la reacción autoinmune del organismo. “La mielina -sustancia que aumenta la velocidad de transmisión del impulso nervioso es identificada por parte del sistema inmunológico como un agente extraño, lo que provoca que sea atacada”, dijo el especialista tras informar que dichas agresiones desencadenan desde una inflamación hasta la pérdida total de la mielina y el axón -prolongación de las neuronas- y con ello, la sustitución de tejido sano por cicatricial. “Esclerosis significa endurecimiento”, añadió.
La enfermedad, que en México afecta entre 15 y 18 personas por cada 100 mil habitantes, se dispara por múltiples factores, como menor exposición a la radiación solar e infecciones virales en quienes tienen predisposición genética. “Hay más pacientes con esclerosis múltiple en regiones frías, como Inglaterra o Noruega, que en zonas cercanas al Ecuador”, reiteró tras explicar que la población caucásica es más propensa a desarrollarla.
“Los síntomas van a depender de la parte del cerebro que resulte afectada, pero los más comunes son la visión doble, problemas para enfocar, dificultad para controlar los esfínteres, fatiga, hormigueo o entumecimiento de las extremidades, problemas para caminar y disfunción sexual”, explicó al señalar que personas menores a 30 años, principalmente mujeres, suelen desarrollar la enfermedad.
El experto dijo que primero debe sospecharse del padecimiento y descartar otras enfermedades parecidas, como la vasculitis. “No existe una prueba determinada para su diagnóstico, sin embargo, deben realizarse estudios de imagen por resonancia magnética para determinar la existencia de lesiones en la sustancia blanca del encéfalo y la médula espinal, así como practicar estudios de sangre”.
La esclerosis múltiple puede mejorar con terapias modificadoras; la prednisona oral y la metilprednisolona intravenosa reducen la inflamación cuando existen lesiones agudas. “A diferencia de los esteroides, los medicamentos moduladores deben utilizarse para disminuir el riesgo de recaídas, aún cuando el paciente se encuentre estable”, reiteró el doctor Plascencia Álvarez .
Las terapias modificadoras pueden tener efectos secundarios, por lo que su elección dependerá de la duración y la gravedad de los síntomas, la eficacia de los tratamientos previos, la fertilidad en el caso de las mujeres, y de las posibilidades económicas.
El especialista destacó la importancia de crear conciencia en torno al problema para favorecer la inclusión de los pacientes a la vida social y laboral, promover su rehabilitación y la práctica de actividad física. Asimismo, reiteró que entre los principales retos aún se encuentran el acceso a los tratamientos y la falta de apoyo a la investigación.
Valeria Cuatecatl