80 Aniversario

Para conmemorar la llegada de un importante colectivo de médicos republicanos españoles que huyeron de España, al término de la Guerra Civil (1936-1939), la Facultad de Medicina organizó en la División de Estudios de posgrado la Ceremonia conmemorativa del 80 aniversario del exilio de los médicos republicanos españoles en México. En el transcurso de la ceremonia se analizaron las aportaciones que cerca de 400 médicos hicieron a la Medicina mexicana. En aquellas fechas nuestro país contaba con 19 millones de habitantes y solo 5 mil médicos registrados

            “El presidente Lázaro Cárdenas brindó ayuda a miles de españoles durante y después de la Guerra Civil Española, entre ellos muy destacados médicos que contribuyeron al avance científico que requería México durante la etapa postrevolucionaria”, señaló el doctor Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, al destacar que “con esta ceremonia deseamos mantener vivo el espíritu de empatía y solidaridad que representó la llegada de tan valiosos intelectuales, artistas y profesionales”.

            La Guerra Civil se inició con un golpe militar que triunfó en un principio parcialmente, apoyado por el gobierno alemán nazi y el italiano fascista, gracias a lo cual la República, democráticamente constituida, fue derrotada y se instaló en España una dictadura franquista que permaneció en el poder por 39 años. Se estima que el conflicto dejó medio millón de muertos y más de 200 mil exiliados alrededor del mundo. Es así como muchos encontraron su segunda patria en México.

            El doctor Andreu Espasa de la Fuente, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, señaló: “Aquellos exiliados demócratas, siempre tuvieron un profundo agradecimiento con nuestro país, por la generosidad con la que fueron recibidos, pocas veces vista en la historia. En el contexto actual, la diplomacia de nuestro país es un paradigma para el trato que deberían recibir, hoy en día, los innumerables grupos de inmigrantes a nivel global”.

            Por su parte, el doctor Pelayo Vilar Puig, ex jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina y moderador de la ceremonia, compartió ese sentimiento de gratitud, al recordar el recibimiento que tuvo en el puerto de Veracruz, al que llegó desde España a los 11 años.

            “Entre 1939 y 1950 llegaron los llamados “Barcos de la Libertad”, de los que ingresaron a México unos 19 mil 600 exiliados españoles. Fueron grupos heterogéneos constituidos por: campesinos, obreros, técnicos y un selecto grupo de profesionales, científicos, artistas, escritores y maestros que se incorporaron con los mexicanos contribuyendo al progreso de México en lo general, y en lo particular en el campo de la Medicina. El doctor Vilar Puig resaltó que “aquellos exiliados lograron hacer una simbiosis extraordinaria con los médicos mexicanos”.

             Por su parte, el doctor Fernando Serrano Migallón, profesor de la Facultad de Derecho, resaltó el papel relevante del presidente Lázaro Cárdenas y su gabinete y, muy particularmente, el del cuerpo diplomático mexicano en Europa. “Llegaron a México los estudiosos, los médicos, que son patrimonio muy importante de la intelectualidad de cada país. Cabe resaltar las aportaciones de las instituciones de educación superior y el gobierno mexicano que dieron todas las facilidades para reconocer los títulos y los grados académicos”.

            El doctor Carlos Viesca Treviño, investigador en Historia y Filosofía de la Facultad de Medicina, destacó que, con la llegada de los intelectuales españoles al país, se potenciaron las investigaciones relevantes de los problemas locales. “La Medicina mexicana se transformó en una disciplina más científica. Se planearon nuevos hospitales e institutos, se modernizó la atención a la salud y ya se pensaba para el futuro en la atención médica universal”.

            Por su parte, la licenciada Almudena de la Iglesia Talayero, integrante de la mesa directiva del Ateneo Español de México, destacó el recibimiento de sus antepasados por el pueblo mexicano. “La gran aportación del exilio a la Medicina mexicana no sólo fue cuantitativa, muchos de aquellos médicos, aportaron las teorías y técnicas más avanzadas de la época en Europa; por ello, su presencia en las instituciones mexicanas de la salud supuso, un salto cualitativo en los problemas salud”.

            El doctor Marco Aurelio Botey Estapé llegó en 1941 con sus padres exiliados a Veracruz a los 4 años. Se graduó como médico en la Facultad de Medicina de la UNAM y, como especialista en alergia, desarrolló el tema de la contribución de los exiliados en México a la industria farmacéutica.

Destacó varios de los laboratorios que fueron fundados por exiliados; como ejemplo mencionó al Laboratorio Valdecasas, que sigue actualmente funcionando y dirigido por el hijo del fundador, el doctor José María Valdecasas y sus hijos. Señaló una larga lista de laboratorios fundados por los exiliados, que operaron por muchos años, actualmente desaparecidos. Por otra parte, resaltó la presencia de directores médicos en laboratorios farmacéuticos nacionales y transnacionales: Domerio Mas Navarro, Serafina Palma Delgado, Francisco Comesaña, Félix Araguren Jausaras, Francisco Aramburo, Wenceslao Dutrem, José Pérez Lias, José María García Valdecasas y el propio doctor Botey Estapé, entre otros.

            El último tema lo abordó el doctor Carlos Viesca, representando a la Academia Nacional de Medicina de México, donde mencionó al numeroso grupo de académicos de la 1ª 2ª y 3ª Generación de miembros de esta organización. De ellos, señaló a los que fueron presidentes: doctores Isaac Costero Tudanca (1968), Jan Somolinos Palencia (1987) y Pelayo Vilar Puig (1996).

Para cerrar la ceremonia, el doctor Vilar Puig expresó de manera emotiva: “Cuando en la España de la Dictadura no había justicia, libertad, trabajo ni posibilidad de estudiar, México nos dio todo, ¡Gracias México!”.

Eric Ramírez

Fotografías cortesía del Dr. Pelayo Vilar Puig