Las primeras semanas en la Unidad Temporal COVID-19 (UTC-19) fueron un desafío, pero, gracias a la iniciativa de muchos de los médicos generales, se implementaron dinámicas y formas de organización que repercutieron directamente en la mejora de la atención hospitalaria.

Así, a un par de semanas de haber iniciado con el primer paciente, se creó el área de Epidemiología, liderada por médicos especialistas en la rama y médicos generales, donde Michael Gastelum, Alejandra Castillo y nosotros, médicos recién egresados, nos unimos, junto con otros compañeros de diferentes universidades del país.

El poco conocimiento de la enfermedad COVID-19 requirió implementar medidas basadas en la seguridad de todos los trabajadores de la salud: médicos, enfermeras, camilleros, personal de limpieza y en ambulancias de la UTC-19. Una de las acciones más importantes fue la creación de un equipo encargado del seguimiento, monitorización de signos, síntomas y el rastreo de los contactos de cada uno de los voluntarios, con la finalidad de dar atención prioritaria y romper las cadenas de transmisión del virus SARS-CoV-2, del cual, hasta ese momento, el conocimiento era limitado tanto en fisiopatología, métodos de transmisión y tratamiento. Con todo ello y con la interrogante de saber si las acciones dispuestas hasta el momento podrían generar un cambio radical e innovador, pero con una gran responsabilidad y entusiasmo de poder brindar seguridad y certeza a nuestros compañeros, se creó el equipo de Contact Tracing.

Las actividades realizadas desde finales de mayo fueron: la creación de un sistema informático que sirviera y acompañara la gestión para la constante capacitación para el uso correcto del equipo de protección personal; la toma de RT-PCR a los casos sospechosos y asintomáticos en personal y pacientes hospitalizados por la pandemia; así como el monitoreo de signos y síntomas con la toma previa de marcadores de inflamación que nos dieran información pronóstica para la mejor toma de decisión en cuanto al tratamiento instaurado en los casos leves o moderados, o bien, una hospitalización temprana si así lo requiriese.

Todo ello con la finalidad de tener, hasta el día de hoy, una casi nula mortalidad en la unidad hospitalaria y de reducir la transmisión y exposición de riesgo en cada uno de los voluntarios; por ello, se decidió mantener en aislamiento y vigilancia epidemiológica a las personas y contactos con una prueba positiva por un periodo de tiempo mínimo de 10 días, basado en los organismos internacionales como CDC y ECDC, limitando y rompiendo las cadenas de transmisión del virus, con una menor cantidad de personal de la salud infectado, acciones que influyeron de forma directa en la mejora de la atención hospitalaria de los pacientes.

Creemos firmemente que las acciones conjuntas con personal capacitado, entusiasta y con una amplia visión de la medicina pueden generar un cambio revolucionario en los modelos de atención hospitalaria, y que sirva de ejemplo a cada uno de los jóvenes que hoy en día quieren hacer un bien a la Nación con el escudo de la Universidad y la Facultad de Medicina por delante.

Tonatiuh Zamora y Jorge Antonio Morales