MPSS Victor Rubio Rojas
Mi experiencia en la Coordinación de Comunicación Social durante la pandemia
Viví dos meses presenciales de pasantía en la Coordinación de Comunicación Social de la Facultad de Medicina; ante el aviso de la necesidad de pausar las actividades de manera presencial, no tenía idea de cómo funcionarían las cosas; muchos de mis compañeros, dispersos en sedes de alrededor de toda la Ciudad de México y Área Metropolitana, así como los que trabajan en sedes foráneas alrededor de todo el país, vivían la misma incertidumbre que yo, pero a pesar de esa incertidumbre sobre una nueva enfermedad, teníamos por seguro cuál era nuestro rol en la sociedad: proteger, ayudar y brindar la mejor información disponible a los ciudadanos y a nuestra comunidad.
A pesar de la escasez de recursos y el constante cambio que hubo sobre las medidas de seguridad necesarias para aplicar al inicio de la pandemia, hicimos lo mejor que pudimos, todos atentos a la información más reciente, a los artículos científicos, a las notificaciones de la OMS, a los avances internacionales y las medidas implementadas por nuestra Universidad y el gobierno federal. En la Coordinación de Comunicación Social siempre existió un gran compromiso por ofrecer a los alumnos y a la comunidad UNAM la mejor y más completa información, acercándonos a ellos a través del formato de comunicación más grande y relevante de los últimos años: las redes sociales.
Para ello, todos los que integramos el equipo formado por profesionales de diferentes disciplinas especializados en las áreas de diseño, redacción, periodismo, edición, fotografía, cultura, relaciones públicas y dirección, nos dedicamos con mucho gusto y entrega a los alumnos y la comunidad, con el compromiso de siempre brindar información concreta y fácil de recordar; gracias a las infografías, imágenes y videos realizados con el talento de los diseñadores, se logró conectar con los alumnos de todas las licenciaturas de nuestra Facultad; en la cultura, las pláticas, clases y cursos con expertos que apoyaron siempre al desarrollo de contenido en danza, música, cine y arte para los alumnos, permitió ofrecer información que los ha ayudado a expandir su visión, siempre impulsando la mirada crítica, rompiendo el tabú del “médico que sólo sabe de Medicina”, formando a distancia a seres integrales capaces de responder con empatía y compromiso a este cambio social de gran magnitud.
El equipo de redacción y periodismo se encargó de cubrir todos los eventos realizados en línea, las charlas, los seminarios, las conferencias y entrevistas que han mantenido informados no sólo a los alumnos y a nuestra comunidad universitaria, sino a todos aquellos que presenciaron desde sus dispositivos todos estos eventos que tocaron los temas más actualizados sobre esta nueva patología, exponiendo desde sus bases moleculares, hasta su abordaje crítico y las últimas noticias en la elaboración de vacunas y nuevos tratamientos; para ello, la información redactada se plasmó con gran dedicación en las páginas digitales de la Gaceta, sabiendo la importancia de brindar un resumen relevante para los lectores.
El equipo de relaciones públicas realizó un trabajo extenuante, coordinando cientos de entrevistas con especialistas de todas las áreas, solicitadas por medios de comunicación nacionales, independientes, revistas y programas, además de instituciones educativas y de salud, en las que se contó con el apoyo de grandes expertos que siempre han trabajado de la mano de la Coordinación con gran disposición y con el mismo compromiso de la Facultad de Medicina de informar a la población y de formar a los profesionales de la salud, sabiendo que ellos continuarán con el legado que protegerá la salud de los mexicanos.
Trabajar a distancia no fue fácil, la Coordinación y cada uno de nosotros padecimos las limitantes logísticas y económicas que se viven en nuestro propio contexto, por lo que al inicio fue difícil juntar a todos los integrantes debido a la falta de equipo de trabajo personal; sencillamente un reflejo de lo que hemos visto en nuestra sociedad, la economía rige en gran parte nuestra forma de vivir, y las diferencias en este aspecto han generado un gran sesgo en la llegada de la información, sin embargo, el esfuerzo de todos continuó y no paró.
En la modalidad en línea hemos visto la ventaja de alcanzar a más personas con una inmediatez que más que un privilegio se ha vuelto una necesidad, dados los acontecimientos alrededor de esta pandemia; la información, la salud y la educación no pueden parar y la UNAM, la Facultad de Medicina y esta Coordinación de Comunicación Social nunca lo hicieron.
Personalmente, como comenté al inicio, viví un tiempo de incertidumbre, como muchos de mis compañeros, tenía muchas ilusiones de hacer de mi Servicio Social una etapa significativa, que aportara algo importante a mi comunidad y a mis compañeros, ofreciendo mi trabajo y lo mejor de mí para lograr una mejora sustancial en el área en la que decidí desenvolverme para este año final de formación como médico general; mi objetivo al entrar a la Coordinación fue generar un impacto, proponiendo ideas en el equipo, con el objetivo de que el trabajo de difusión de la Facultad mejorara, que a la vez los alumnos se sintieran escuchados, en sus quejas, sus demandas, sus reconocimientos y sus ideas, creando un espacio en que puedan retroalimentar el trabajo que se hace para ellos, con la apertura de que al leerse, y leer a sus compañeros, sintieran verdaderamente que pertenecen a una Comunidad Universitaria que los escucha y que se preocupa por lo que piensan.
Llegué al Servicio Social con ese objetivo, con muchas ideas, con ganas de que todos escucharan de mi Facultad, de la cual me siento muy orgulloso de pertenecer, de dar a conocer el trabajo que se hace en todas las áreas, dando espacio para los investigadores, los académicos, los instructores y todos aquellos que necesitaran comunicar algo; al final, pienso que el objetivo de la Coordinación de Comunicación Social es generar una red, justamente de comunicación multilateral, dejando a un lado la burocracia, permitiendo un contacto con directivos, especialistas y alumnos, pudiendo así crear un vínculo que permita proponer mejoras reales en nuestra Facultad y ¿por qué no?, en la Universidad.
Volviendo a mi experiencia personal durante el confinamiento, he vivido lo mismo que todos, el cambio de rutina, los desórdenes de sueño, el estrés del encierro, la incertidumbre de saberse o no infectado, los cambios de planes, los problemas de convivencia y familiares; todos en mi familia nos enfermamos por COVID-19 a distintos grados, al ser el único médico en mi familia, recibí muchas llamadas de familiares e incluso vecinos que solicitaron mi apoyo, tuve que partir el tiempo entre atender a mi familia y a mí mismo, reportar los casos, trabajar en el Servicio, realizar los quehaceres en casa y estudiar para el examen de residencias médicas; todo se tornó un caos que emocionalmente puede resultar abrumador. Finalmente, encontré paz conociéndome a mí mismo como no lo había hecho en mucho tiempo, escuchando música, tocando mis instrumentos musicales y fotografiando mi entorno, lo que pude ver en estos días de encierro.
Al vivir en los límites de Ecatepec y Tecámac, una zona considerada como de “alto contagio”, las cosas se modificaron más lento que en otras áreas y con un comportamiento particular, la crisis económica llegó en su momento y la incertidumbre por el futuro se hizo presente, como al inicio de todo; siempre he pensado que el inicio y el final de un suceso son oportunidades para crecer y cambiar, y también para generar en tu alrededor un cambio significativo que incluya además a tu entorno social, y siendo médico, me sentí con el compromiso de aportar en los aspectos locales de mi comunidad.
El distanciamiento físico nos cambió, las emociones y nuestra mente han rondado en cómo serán las cosas al concluir esta pandemia, lo único que tengo por seguro es que renunciar a mi compromiso con mi Universidad y mi país nunca ha sido una opción, y hoy más que nunca estoy consciente de que aportando a mi familia, a mi comunidad, y ahora, con esta oportunidad que tuve de ser parte del equipo de Comunicación, puedo alcanzar a mis compañeros y los alumnos de la Facultad, generando contenido, ideas e información de utilidad para todos; el trabajo y el compromiso continúa y con mucha fuerza.
Los mensajes del Rector de la Universidad, del Director de la Facultad, los recursos en línea, la persistencia de la difusión cultural, la coordinación de pláticas con expertos, las sesiones de mindfulness, más el apoyo del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental para brindar atención en vivo a los alumnos, son algunos de los esfuerzos que se han coordinado a través de esta rama de la Facultad, además de las iniciativas para la campaña para entrega de kits a residentes y pasantes coordinada con el gran apoyo de nuestro Director y Rector; la campaña de concientización del INE también nació aquí, así como la línea telefónica de atención a la sociedad en general; con éstas y más actividades de difusión y creación de contenido, hemos aportado a nuestra comunidad y a la sociedad, con un gran compromiso con la salud e integridad de nuestros alumnos FacMed y de la UNAM.
Por último, me gustaría mencionar que la fotografía que acompaña este escrito la pude capturar en mis momentos favoritos de mi cotidianidad durante la pandemia.