El duelo es la reacción natural que implica reacciones emocionales, cognitivas, conductuales y físicas ante la pérdida de un ser querido, una mascota, el trabajo, la salud o cualquier cosa que sea importante, especialmente si hubo un vínculo estrecho y significativo, explicó la psicóloga Mariana Edith Rodríguez Lugo, adscrita al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“Después de una pérdida no vamos a encontrar una forma única para sobrellevar un duelo, todos los procesos son diferentes. No hay una forma correcta de pasar el duelo”, aseguró la especialista en la conferencia “Manejo de duelo para prevenir la depresión” en el marco de la 6ª Feria del Libro de Ciencias de la Salud 2021.
Indicó que el duelo implica diferentes aspectos como la existencia o no del apoyo familiar o social, la forma en que se produjo la pérdida, las experiencias pasadas, los recursos internos y el tipo de relación que se tenía con la pérdida.
Durante el proceso del duelo la persona podrá sentir rabia, confusión, angustia o aturdimiento, soledad, tristeza, desesperación, agresividad, culpa, así como falta de significado de la vida. Puede creer que lo que está pasando no es real.
También puede haber falta de apetito y dificultades en el sueño, o puede aparecer una distancia emocional para sentirse protegido, o comportamientos que ayuden a evitar el dolor y el sufrimiento de la ausencia.
Conforme pase el tiempo se da una aceptación gradual de las experiencias dolorosas, el duelo se va manejando de manera adecuada, la persona comienza a sentirse mejor, ya no piensa tanto en lo ocurrido y los sentimientos son menos intensos. Igualmente, poco a poco puede ir desarrollando nuevas tareas que antes no hacía y establecer nuevas relaciones.
Sugirió que en el proceso, paulatinamente, hay que entender y aceptar tanto las emociones como los sentimientos, y que la persona afectada hable cómo se siente, pues si lo evita hará que la situación no termine de superarse. De igual manera, se debe intentar que la vida vuelva a la normalidad, tener fuerza y empezar a hacer las actividades de la cotidianidad para que la circunstancia no requiera de afrontamientos rígidos y llegue a convertirse en depresión.
El duelo puede complicarse, alcanzar un malestar intenso que conlleve sintomatología ansiosa o depresiva. Como parte de ello, si no hay una recuperación del duelo, es importante considerar una valoración psicológica o psiquiátrica para recibir tratamiento.
Añadió que hay que estar atentos a este tipo de situaciones con las siguientes señales de alerta, especialmente si se prolongan por un periodo largo de tiempo: incapacidad de aceptar la muerte, ideas persistentes de muerte, sentimientos de culpa, preocupación excesiva sobre la muerte e incapacidad para hacer las actividades del día a día.
Finalmente, recomendó qué hacer cuando uno se enfrenta a la persona que está en duelo, en donde sugiere: exhortarla a que diga lo que siente, ofrecerle ayuda en lo necesario, hablar de la persona fallecida y de lo importante que era para que las emociones fluyan, y no juzgar ni dar opiniones sobre la manera en la que va procesando el duelo.
Ana Camila Pérez