Los días 4 y 6 de mayo, el Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM realizó, con apoyo de la doctora Francisca Hernández Hernández, el Primer Simposio de Micología a través de Facebook Live (https://bit.ly/3P2wZRW).

La doctora Margarita Cabrera Bravo, Jefa del Departamento de Microbiología y Parasitología, agradeció a los ponentes por participar en la actividad académica, y resaltó que en las diversas áreas que conforman el Departamento siempre están con la inquietud de mantenerse actualizados y una de ellas es Micología, la cual tiene muchas necesidades de actualización.

En el tema “Ultraestructura de hongos filamentosos vs levaduriformes”, el doctor Salomón Bartnicki García, Profesor Emérito del Departamento de Microbiología del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California, habló sobre las diferencias entre ambos: “Tanto la hifa como la levadura tienen los mismos organelos, la diferencia fundamental es que las primeras tienen un crecimiento que llamamos nomádico, porque trata de extenderse por todo el mundo. En cambio, las levaduras son sedentarias, se quedan en un sitio a hacer sus fermentaciones”, explicó.

Las hifas se desarrollan de forma lineal, extendiéndose por la punta y tienen una cooperación de todo el citoplasma para que sigan creciendo hasta mil 200 micras por hora. En cuanto a la levadura, las células se separan para crear otra levadura en forma de gema, es decir, tienen un proceso de gemación, se desarrollan individualmente y tardan más tiempo en su proceso de crecimiento, apuntó el especialista al mencionar que “básicamente tenemos dos extremos: el crecimiento isotrópico en las levaduras donde del centro suministrador están saliendo vesículas en todas direcciones para producir células redondas; y el polarizado de las hifas, en el cual el centro suministrador de vesículas va avanzando en forma de un tubo”.  

Por su parte, la doctora Alicia Lemini López, del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional “Siglo XXI” del IMSS y profesora asociada al Diplomado de Micología Médica de la Facultad, habló sobre la “Dermatofitosis. Formas clínicas en el paciente inmunocomprometido”, y explicó que los dermatofitos son infecciones de la piel, del pelo y de las uñas, ocasionados por hongos parásitos de la queratina, representados principalmente por Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton.

“Cuando la alteración de la barrera cutánea se presenta, hay pérdida del agua transepidérmica, una disminución en la hidratación del estrato córneo y esto permite que los dermatofitos penetren en la piel”, señaló al mencionar que “la dermatofitosis en los pacientes con inmunocompromiso tienen las mismas características que el resto de la población. Sin embargo, este hospedero tiene un compromiso por la enfermedad de base o por los medicamentos que requiere, lo que no permite hacer un tratamiento óptimo”.

Por ello, recomendó lavar y/o asolear el calzado, usar calzado en áreas comunes, evitar alfombras y, si se tiene que lavar periódicamente, evitar calzado cerrado y húmedo, secar y lubricar los pies.

Al hablar de “Mucormicosis y Aspergilosis asociados a COVID-19 en México”, el maestro en Ciencias Alexandro Bonifaz, Jefe e Investigador de Micología en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, indicó que estas enfermedades afectaron de manera más directa a la COVID-19: “La Candida y Aspergillus fueron invitadas a la primera ola de COVID, pero empezaron a controlarse un poco más a partir de la segunda, donde se presentaron otro tipo de infecciones. La Mucormicosis apareció en México porque el paciente por diversos factores no trató su diabetes, y cayó en un estado de más descontrol”, indicó.

Asimismo, señaló que el manejo para la Aspergilosis es principalmente con Voriconazol e Isavuconazol, mientras que el tratamiento de rescate es con Caspofungina y Posaconazol. Para la Mucormicosis está Anfotericina B liposomal y la asociación con Posaconazol e Isavuconazol, y en ambas es fundamental el control de la diabetes y la disminución de esteroides.

El doctor Lucio Vera Cabrera, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, habló sobre “Micetoma Actinomicético: manejo terapéutico”, explicando que es una infección granulomatosa crónica que afecta la piel, tejido celular subcutáneo, músculo y hueso, caracterizado por la presencia de múltiples nódulos indoloros con fístulas por las que drena un material filante serosanguinolento con granos o gránulos del agente infeccioso.

Asimismo, mencionó que el tratamiento es determinado según el tamaño de la lesión, la ubicación, la afectación ósea o de los órganos internos, la recurrencia, eventos adversos, comorbilidades y respuestas a tratamientos previos.

Con el tema “Endocarditis fúngica”, el doctor Luis Javier Méndez Tovar, académico del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad, apuntó que “la endocarditis es una inflamación del endocardio y de las válvulas que se clasifica en infecciosa y no infecciosa, donde el paciente presenta vegetación, es decir, masas que están formadas de fibrina, células inflamatorias, plaquetas y, en caso de ser infecciosa, también crea grandes cantidades de microorganismos causantes de la enfermedad”.

También mencionó que los factores de riesgo de esta patología son: lesiones endocárdicas o valvulares preexistentes; haber recibido reemplazos valvulares por mala conducción, insuficiencias o por estenosis; haber recibido cirugías o aplicación de catéteres; y en países desarrollados, en los pacientes mayores de 70 años es una constante.

Para poder detectarla, el doctor Méndez Tovar indicó que deben hacer estudios de imagen como ecocardiograma, radiografías, tomografías, electrocardiogramas, y cuando ya hay un diagnóstico, recurrir a serología, estudios histopatológicos y hemocultivos.

Por su parte, el maestro en Ciencias Jorge Arturo Mayorga Rodríguez, Jefe del Centro de Referencia en Micología del Instituto Dermatológico de Jalisco “Dr. José Barba Rubio”, expuso el tema “Esporotricosis: una enfermedad sobresaliente en México”. Manifestó que “dicha enfermedad es presentada mediante lesiones llamadas gomas o nódulos, adquiridos de traumatismos generalmente, y un mínimo porcentaje de pacientes por inhalación. Afecta la piel, tejido celular subcutáneo y linfático”.

En cuanto a su tratamiento, sugirió solución bidestilada, Itraconazol, Fluconazol, Saperconazol, Terbinafina y, en pacientes pediátricos, solución saturada de potasio.

Finalmente, el doctor Rodolfo García Contreras y la bióloga Nelia Luna Chavira agradecieron a los participantes que ingresaron a través de Facebook Live y dieron por concluido este primer simposio.

Karen Hernández