Con el objetivo de abrir espacios culturales para sus estudiantes, el pasado 18 de octubre, la Licenciatura en Ciencia Forense (LCF) de la Facultad de Medicina de la UNAM organizó una charla concierto, donde el guitarrista Pablo Gómez Cano, académico en la Universidad Autónoma de Baja California, deleitó con piezas musicales de su repertorio, el cual comprende diversas tendencias estéticas: desde obras clásicas del siglo XX hasta piezas de corte contemporáneo.
En el Aula Magna de la LCF, el artista, a la vez que iba presentando los solos de guitarra, comentó la historia detrás de las obras musicales con el fin de hacer más enriquecedora la experiencia de los asistentes: “Vamos a hacer un recorrido muy grande, estéticamente hablando, todas las piezas que voy a tocar son muy distintas unas de otras y representan épocas de la música”, señaló al iniciar con la obra Austrias del compositor Isaac Albeniz, que fue diseñada principalmente para piano, pero ha sido transcrita a guitarra.
Posteriormente, interpretó Overture de Sylvius Leopoldo Weiss, y explicó que “al igual que toda la música barroca, esta pieza tiene contrapunto o polifonía, que es cuando muchas voces se unen para hacer una armonía y conviven a pesar de ser diferentes, entonces esta pieza está dividida en tres partes: primero es como una introducción, después hay una función lenta seguida de una parte más rápida que es precisamente la unión polifónica de las voces y, por último, un final más lento”.
Capricho de Mauro Giuliani y Tarantela de J.K. Mertz fueron las siguientes obras musicales, las cuales surgieron en el siglo XVIII: “Es música que explota el virtuosismo instrumental, los primeros rock stars del mundo. Estos compositores nos enseñaron que la agilidad y velocidad tienen también un valor estético. Esto ejerció influencia en toda Europa”, mencionó el maestro Pablo Gómez Cano.
Asimismo, expresó que “la siguiente pieza es probablemente la más famosa escrita para la guitarra, está inspirada en un lugar muy bello en el sur de España, se llama Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tarrega, y para tocarla se tiene que usar la técnica trémolo, que es tocar muy rápido y una sola cuerda para producir una única melodía”.
El programa continuó con Ronda de Lou Harrison, un compositor de Estados Unidos que realizaba mezclas de diferentes géneros como la cítara hindú y rock americano; después, el maestro Gómez Cano interpretó Alborada de Luca Francesconi, una pieza “que empieza de una forma muy clásica, pero tiene variaciones, por lo que va de menos a más, y lo interesante es que a pesar de ser música tan distinta conserva el espíritu italiano”.
La siguiente pieza musical fue Tellur de Tristán Murail, la cual hace referencia a la transformación del sonido, ya que “comienza con un ruido que va convirtiéndose poco a poco en un sonido al que se le agregan más notas hasta que se vuelve un viaje que va transformándose todo el tiempo”, indicó el guitarrista.
Finalmente, el intérprete cerró el evento con una pieza mexicana titulada Aires de Son de Gerardo Tamez, obra que regresó a los asistentes de su viaje por la música clásica de Europa a la contemporánea de nuestro país.
Karen Hernández