En los últimos años los programas preventivos contra las adicciones han tomado una mayor relevancia, ya que el consumo de sustancias adictivas ha ido en aumento entre adolescentes debido a una influencia negativa por parte de amigos, un uso inadecuado del tiempo libre, problemas de violencia familiar o en el noviazgo, así como problemas de salud mental y escolares.

Centros de Integración Juvenil (CIJ) es una institución dedicada a la atención de la salud mental y adicciones desde hace más de 50 años, sus actividades están encaminadas a la prevención, tratamiento, rehabilitación e investigación en materia de consumo de drogas, alguno de los servicios que proporciona el programa a la comunidad son: actividades deportivas, culturales y educativas para el cuidado de la salud, detección temprana de factores de riesgo, pláticas informativas sobre los efectos de las drogas, así como talleres para fomentar valores, reforzar competencias sociales y emocionales o talleres de orientación para padres de familia o tutores en torno a habilidades parentales.

En el Seminario Permanente de Género en Salud, organizado por el Programa de Estudios de Género en Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM, transmitido por Facebook Live, la doctora Carmen Fernández Cáceres, Directora General de CIJ, comentó que, según la OMS, en el mundo cerca de mil millones de personas viven con un trastorno mental y una persona se suicida cada 40 segundos; en México, cifras del INEGI indican que el suicidio es la segunda causa de defunción entre jóvenes de 15 a 29 años, por lo que el consumo de alcohol y otras sustancias se vuelve relevante, pues se ha visto que están asociados a trastornos mentales y problemas de comportamiento.

Indicó que hay factores de riesgo que intervienen en la salud mental (individuales, familiares, escolares, sociales y eventos como la pandemia de COVID-19), siendo “el estrés algo en común entre esos factores debido a que provoca un estado de alerta que puede dañar ciertas partes del cerebro que afectan la conducta del individuo”.

La doctora Fernández Cáceres mencionó que en la etapa de la adolescencia las pérdidas se vuelven muy importantes y se convierten en eventos agobiantes para los jóvenes que los puede llevar a tener dificultades de atención, concentración, memoria o un menor rendimiento académico, y manifestar tristeza o irritabilidad, lo que puede influir en intentos suicidas o consumo de sustancias: “El desarrollarse en entornos de abandono, abuso y estrés constante genera sustancias en el cerebro que determinan el comportamiento del menor y su manera de afrontar situaciones difíciles, de manera que al enfrentarse a este tipo de eventos, puede haber riesgo de que los menores se vuelvan temerosos y con una personalidad antisocial a largo plazo”.

Destacó que el programa de CIJ cuenta con estrategias acordes a la edad y etapa de desarrollo de las personas para prevenir riesgos y daños específicos, enfatizando la relevancia de la prevención desde edades tempranas, por ejemplo, el objetivo en adolescentes es el fortalecer habilidades y competencias cognitivas, emocionales y sociales para hacer frente a situaciones de riesgo ante el uso de drogas y reducir los riesgos y daños del consumo desde una perspectiva de derechos humanos. Más información, ingresa a: http://www.cij.org.mx/.

Vicky Enrimar