“Las emociones no se controlan, se regulan. Una vez que aparecen, podemos decidir qué hacer con ellas, y si nos convertimos en expertos en identificarlas podemos llegar a elegir qué acciones tomar cuando se presentan”, afirmó la doctora Claudia Erika Ramírez Avila, responsable del área de Capacitación Continua del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante la décimo sexta sesión del Ciclo de Conferencias sobre Ciencias Básicas, organizada por la Coordinación de Comunicación Social, la experta ofreció la conferencia titulada “Emoción en equilibrio: aprendiendo a regular la ansiedad”, abordando uno de los temas más relevantes y urgentes en el ámbito de la salud mental contemporánea.

En la primera parte de su intervención, la doctora Ramírez Ávila abordó el tema de las emociones principales, destacando la importancia de reconocerlas y validarlas. Explicó que todas las emociones, desde la alegría hasta la tristeza y el miedo, son respuestas naturales y esenciales para la adaptación humana. En este contexto, señaló que “las emociones no son ni buenas ni malas, son señales que nos permiten entender nuestras necesidades y motivaciones internas”, resaltando que comprender nuestras emociones es el primer paso para poder gestionarlas adecuadamente.

Posteriormente, habló sobre el concepto de desregulación emocional, un estado en el cual las emociones se vuelven desproporcionadas y difíciles de controlar, afectando negativamente la calidad de vida de las personas y su interacción con los grupos de su edad y las figuras de autoridad. Explicó que la desregulación emocional puede manifestarse de diversas formas, como ansiedad, ira descontrolada o tristeza profunda, y que estas manifestaciones pueden interferir significativamente con las actividades diarias y las relaciones interpersonales.

“Los niños con regulación emocional se van a adaptar mejor a su entorno y, al poder ser empáticos con sus emociones, pueden serlo con las de los demás adoptando una conducta pro-social. También favorece a nuestras relaciones interpersonales comunicando cuando las conductas de otras personas nos molestan o incomodan y esto, a su vez, tiene un impacto cognitivo en la solución de problemas”.

La conferencia también incluyó estrategias prácticas para la regulación emocional. La doctora Ramírez Ávila compartió técnicas basadas en la terapia cognitivo-conductual y la terapia dialéctico-conductual, destacando la importancia de la conciencia plena (mindfulness) y la reestructuración cognitiva como herramientas efectivas para gestionar la ansiedad. Invitó a los asistentes a practicar ejercicios de respiración y meditación. “Una de las características de la ansiedad es que te lleva a futurear, a ver escenarios que todavía no están pasando; estas técnicas nos permiten centrarnos en el presente y reducir la desregulación emocional”.

Asimismo, destacó la importancia de buscar apoyo cuando se necesita. “No debemos tener miedo de pedir ayuda. Hablar con un profesional de la salud mental puede ser un paso crucial para manejar la ansiedad de manera efectiva, la búsqueda de apoyo no es un signo de debilidad, sino de fortaleza y autocuidado”.

Finalmente, respondió preguntas del público, proporcionando más detalles sobre las técnicas discutidas y ofreciendo consejos adicionales para quienes enfrentan desafíos relacionados con la ansiedad. La interacción con los asistentes permitió un intercambio enriquecedor de ideas y experiencias, lo que añadió un valor adicional a la sesión.

Diego García