HISTORIAS DE ÉXITO #MujeresFacMed
Soy Mercedes Aguilar Soto. Desde que tengo memoria supe que quería estudiar Medicina. Al principio, mis padres pensaron que mi sueño de ser doctora era similar a los deseos efímeros de los niños por convertirse en bomberos, astronautas o magos; sin embargo, con el tiempo esa aspiración se hizo realidad y no tengo duda de que elegí la profesión correcta, realmente nací con esta vocación.
En esta carrera he adquirido lecciones más allá del conocimiento científico. Aprendí a no juzgar, a dejar de lado los prejuicios y a ver a cada paciente como un individuo único. Esta habilidad para ponerme en el lugar de las personas y entender sus perspectivas enriqueció mi crecimiento personal y profesional.
Mi especialidad en Medicina Interna, que imparte la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, permite realizar un diagnóstico integral, que va más allá de concentrarse en una sola área y abarca al paciente en su totalidad. En mi búsqueda por un espacio de excelencia para hacer mi residencia, encontré el Centro Médico ABC, y aunque se pueda percibir como un hospital privado con menor carga asistencial que los públicos, la realidad es que como aprendices asumimos una gran responsabilidad sobre los pacientes; además, los médicos de este centro son personas de gran calidad humana y es un ambiente propicio para el aprendizaje.
Durante la pandemia por COVID-19, participé en investigaciones cruciales para comprender mejor la enfermedad. Estos trabajos fueron posibles gracias al compromiso de todos los residentes de Medicina Interna, en donde abordamos temas como: la relación del sobrepeso y la obesidad con el riesgo de requerir ventilación mecánica invasiva en pacientes con coronavirus, destacando que el problema se asocia principalmente con la obesidad grado dos.
En el segundo estudio creamos una escala predictiva de riesgo para determinar quiénes necesitarían ventilación mecánica invasiva, donde utilizamos interleucina 6 y el índice neutrófilo linfocito, los cuales reflejan la inflamación pulmonar. Esto facilitó saber si los pacientes requerían hospitalizarse o no.
Y en el tercer trabajo comparamos distintas dosis de anticoagulación en pacientes con SARS-CoV-2 para analizar sus efectos en sangrado, ventilación mecánica invasiva y mortalidad. Descubrimos que una dosis intermedia se asociaba con una disminución en la mortalidad y en el requerimiento de ventilación mecánica invasiva.
En cuanto a la participación de las mujeres en la Medicina, creo firmemente que estamos transformando la profesión, cada vez hay más mujeres médicas, y nuestra perspectiva única enriquece la atención. Sin embargo, faltan más internistas, tenemos que hacer un esfuerzo más grande por sobresalir porque aún hay muchas desventajas estructurales.
Como mujer médica aspiro a un entorno donde el género no sea un factor de juicio. Deseo que quienes elijan esta carrera sean recibidas con respeto, equidad y que las futuras generaciones puedan desenvolverse en un ambiente seguro, libre de machismo y prejuicios.