La doctora Magdalena Guerra Crespo, académica del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, desarrolla la investigación “Diferenciación de células troncales pluripotentes inducidas humanas de un paciente con enfermedad de Parkinson debido a la triplicación del gen de alfa-sinucleína”, la cual es la primera de su tipo en México, cuyos objetivos cruciales están centrados en el estudio de la diferenciación de neuronas dopaminérgicas desde etapas tempranas de la enfermedad. “Este enfoque temprano es fundamental, dado que el diagnóstico suele realizarse cuando ya se ha perdido entre el 60 y el 70 por ciento de las neuronas, lo que limita las oportunidades de intervención terapéutica”, explicó la también doctora en Ciencias Bioquímicas.
La investigadora utiliza células troncales pluripotentes inducidas (IPSC), que son células somáticas reprogramadas para alcanzar un estado similar al de las células troncales embrionarias. Estas células permiten el estudio de los efectos de proteínas como la alfa-sinucleína, relacionadas con el desarrollo de la enfermedad. “Al cultivar estas células, buscamos comprender mejor los mecanismos celulares que afectan la diferenciación y la maduración neuronal, con el fin de buscar nuevas opciones terapéuticas y más eficaces”, aseguró.

Esta investigación se desarrolla de dos formas distintas: la diferenciación celular in vitro e in vivo a través de trasplantes cerebrales. En esta última, la experta observó una menor expresión de tirosina hidroxilasa, una enzima clave para la síntesis de dopamina, en líneas de IPSC con mutaciones específicas para el gen de alfa-sinucleína que conducen a la enfermedad de Parkinson, así como en las que no tienen ninguna copia del gen de alfa-sinucleína. “Prácticamente, la ausencia de alfa-sinucleína no permite la expresión de la tirosina hidroxilasa y eso lleva a la falta de expresión de dopamina. Esto plantea interrogantes sobre la eficacia de terapias que buscan eliminar a la alfa-sinucleína, ya que la eliminación total de esta proteína podría comprometer la diferenciación o mantenimiento neuronal dopaminérgico”, indicó.
No obstante, la doctora Guerra Crespo enfrentó desafíos significativos, como los altos costos de los cultivos celulares y las barreras burocráticas para acceder a cerebros post mortem para complementar estos estudios. “A pesar de estos obstáculos, hemos logrado iniciar colaboraciones con instituciones en Estados Unidos y Dinamarca, lo que facilitará el análisis de nuestras hipótesis a través del uso de cerebros ofrecidos en donación por parte de esos países”, aclaró.
“A través del estudio de las IPSC, se pueden identificar biomarcadores que permitan detectar la enfermedad en etapas más tempranas, cambiando así la forma en que se aborda el Parkinson”, mencionó. La investigación de la académica tiene un potencial notable para la Medicina personalizada, donde se podrían desarrollar tratamientos adaptados a la genética específica de cada paciente.
Su trabajo es el primero en México en utilizar líneas celulares de un paciente con Parkinson para estudiar el proceso de diferenciación en esta enfermedad. Este hallazgo resalta la importancia de su investigación, no sólo para el avance de la ciencia, sino también para ofrecer esperanzas a aquellos afectados por esta condición.
Finalmente, la académica remarcó su compromiso con la investigación y el deseo de mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson a través de descubrimientos científicos innovadores.
Por Fernando Jacinto