Las relaciones interpersonales son necesarias en nuestra vida; día a día son esenciales para nuestro crecimiento como seres humanos, ya que traen estabilidad, sobre todo si se vuelven más estrechas e íntimas, como una relación de pareja; desafortunadamente, éstas no siempre se desarrollan de la mejor manera.

Por ello, en el marco de la 9ª Feria del Libro de Ciencias de la Salud, la Facultad de Psicología de la UNAM organizó un taller impartido por la doctora Claudia Ivethe Jaen Cortés, quien explicó que la violencia es definida como cualquier tipo de acto, expresión o actitud que pueda resultar en daños por distintos medios, como psicológicos, sexuales o físicos, donde se pueden ver acciones como amenazas, humillaciones, desprecio, entre otras.

Una vez que se detecta este tipo de conductas, es fácil observar un ciclo que se repite en caso de que exista violencia, donde se comienza con acumulación de tensión, con patrones como irritabilidad, problemas constantes en la relación o insultos. Posteriormente, puede surgir una explosión violenta, con agresiones físicas, psicológicas, sexuales o económicas.

Si la relación continúa, puede comenzar la fase de culpabilidad, donde la persona violentada siente tristeza, baja autoestima, deseos de abandono o caer en depresión, y el agresor trata de remediar los actos con una reconciliación, donde se muestra con actitudes que puedan apelar a que suceda una disculpa por los actos y vuelva a una fase de luna de miel, donde falsas esperanzas de cambio y de amor hacen que el ciclo sea repetido en el futuro, debido a que la relación ya presenta violencia, detalló la doctora Jaen Cortés.

Asimismo, indicó que existen formas para evitar que este ciclo ocurra. Para ello, hay que estar atentos a los signos de alarma como que la pareja sea emocionalmente dependiente, sea ofensiva, no se haga responsable de los problemas que ocasiona o que existan antecedentes de violencia tanto en su familia como en relaciones anteriores, haciendo que estas prácticas se vuelvan regulares en su vida cotidiana y, por lo tanto, no las considere erróneas.

Una vez detectadas algunas de las señales, es importante buscar ayuda para tratar de solventar o encontrar una salida a estos problemas, como hablar con alguien de confianza o de autoridad, buscar instituciones o grupos de ayuda, o también se puede actuar de manera propia, como escuchar las problemáticas que existen en la relación o tomarse tiempo para el autoconocimiento a través de actividades como escribir, pintar o dibujar los pensamientos y emociones.

Las claves para la construcción de relaciones de pareja estables son el respeto, la igualdad y la equidad, donde haya validación de las emociones de la pareja, la comunicación y solución a los problemas que puedan surgir, siempre tratando que sea con tranquilidad, respeto y aceptación a todos los sentimientos que puedan generar, abundó la ponente.

Como cierre del taller, las y los asistentes participaron en una actividad que consistió en reflexionar y resolver una situación hipotética en una relación de pareja, tomando en cuenta lo aprendido.