Toxoplasma gondii es un parásito de distribución mundial cuya capacidad para causar infecciones en humanos lo convierte en un importante problema de salud pública, especialmente en mujeres embarazadas. Aunque en la mayoría de las personas sanas la infección pasa desapercibida, durante el embarazo puede tener consecuencias graves como partos prematuros y malformaciones en el recién nacido.
En el marco del Día Mundial de la Niña y el Niño Prematuro, la doctora Norma Rivera Fernández, Coordinadora de Investigación del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, expuso el tema “Partos prematuros debidos a la infección por Toxoplasma gondii” en la décimo novena sesión del 2º Ciclo de Conferencias de Ciencias Básicas, organizada por la Coordinación de Comunicación Social, en donde abordó las consecuencias del parásito en la población.
En la actividad, transmitida a través de YouTube y Facebook, la doctora Rivera Fernández explicó que el parásito T. gondii es un protozoario apicomplexa, es decir, intracelular obligado, que produce Toxoplasmosis. T. gondii infecta a mamíferos acuáticos, mamíferos terrestres (incluido el humano) y aves, induciendo enfermedad crónica normalmente asintomática en individuos inmunocompetentes, sin embargo, puede llegar a provocar consecuencias graves o fatales en individuos inmunocomprometidos.
“El parásito se encuentra distribuido en todo el mundo, siendo muy común y exitoso. Aproximadamente una tercera parte de la población mundial ha sido infectada”, indicó.
Posteriormente, explicó que existen tres formas parasitarias de T. gondii: la forma de taquizoíto que se replica a gran velocidad dentro de las células nucleadas y produce enfermedad aguda; los bradizoitos que se replican de manera lenta y forman quistes tisulares debido a la respuesta inmune del hospedero y son responsables de la toxoplasmosis crónica, y finalmente la forma de resistencia del parásito que contamina el medio ambiente llamado ooquiste, que es la forma parasitaria de mayor importancia epidemiológica y es eliminada a través de las heces de los gatos y otros felinos.
Por otro lado, la doctora Rivera Fernández mencionó que algunos de los mamíferos más susceptibles a la infección son los monos del nuevo mundo, ovinos, caprinos, cerdos y las mujeres embarazadas; mientras que los que tienen menor susceptibilidad son los bovinos, equinos, perros, gatos, elefantes y gallinas.
A su vez, subrayó que T. gondii se transmite principalmente a través del consumo de carne cruda o insuficientemente cocida infectada con el parásito y de agua, frutas o verduras contaminadas con ooquistes. El parásito también llega a transmitirse por transfusiones sanguíneas o trasplantes de órganos humanos. “El sistema inmune es muy bueno para eliminar al parásito, pero algunos de ellos pueden escapar y replicarse hasta formar quistes tisulares que permanecen en estado de latencia en diferentes tejidos sin que el hospedero conozca que está infectado, hasta que sus defensas bajen y enferme de gravedad”, agregó.
También advirtió que las mujeres en edad reproductiva y las embarazadas son un grupo particularmente vulnerable, especialmente si no tienen anticuerpos previos contra el parásito. La infección en las mujeres embarazadas puede producir abortos y toxoplasmosis congénita.
Además, las personas inmunocomprometidas, principalmente aquellas con VIH-SIDA, pueden desarrollar una encefalitis mortal.
“La toxoplasmosis congénita es consecuencia de la transmisión del parásito durante una infección materna. Se estima que a nivel mundial la incidencia varía desde 3/1000 a 1/10000 recién nacidos. En la Ciudad de México, ocurren aproximadamente 2 casos por cada mil recién nacidos”, señaló.
Finalmente, la doctora Rivera Fernández cerró la sesión invitando a la sociedad a mantener hábitos de higiene para evitar una infección por T. gondii, como retirar todos los días las heces de los gatos del arenero, no dejarlos salir de casa y alimentarlos con comida comercial para gatos de buena calidad. Lavar frutas y verduras, beber agua hervida y no comer carne cruda o insuficientemente cocida, entre otras indicaciones.
Diego García