Perseverancia, dedicación y pasión por la Medicina es lo que caracterizó la trayectoria de la doctora Rebeca Viurcos Sanabria, egresada de la quinta generación del Plan de Estudios Combinados en Medicina (PECEM), quien recientemente recibió Mención Honorífica en su examen doctoral y fue propuesta para la Medalla Alfonso Caso, impulsando así su vocación de ayudar a las personas.
“Lo que más me motivó a estudiar Medicina fue la posibilidad de impactar directamente en la salud de las personas, para hacer cambios positivos en sus vidas y en su salud día con día. Es el sueño que siempre quise cumplir desde la secundaria”, aseguró la doctora Viurcos Sanabria, quien ha logrado importantes reconocimientos a lo largo de su formación.
Su ingreso al PECEM fue el primer paso hacia una carrera llena de desafíos, pero también de grandes oportunidades: “El PECEM fue fundamental para mi crecimiento, ya que me abrió puertas internacionales y me permitió estar en contacto con la investigación desde muy temprano”, comentó al hacer referencia de tener la oportunidad de realizar estancias en varios países, como Canadá, Alemania y otros destinos en Europa.
Pero antes de lograrlo, tuvo que reponerse de no alcanzar el 9 de calificación en su primer año, uno de los requisitos para entrar al PECEM: “No pude cumplir esta calificación en el primer intento. Tuve que renunciar a una calificación y otra materia la tuve que cursar en el examen final, pero finalmente cuando terminó el año escolar, sí logré el 9”.
Durante su formación, uno de los mayores retos que enfrentó fue encontrar un equilibrio entre sus estudios y su vida personal: “Mi mayor reto fue no sólo estudiar Medicina, sino también hacer un doctorado y perseguir mi meta de especializarme en Alemania. Fue clave mantener siempre un objetivo a largo plazo, lo que me permitió no perder el enfoque y avanzar en todos mis proyectos”, recordó.
Afortunadamente para ella, contó con el apoyo de sus compañeros del PECEM: “Admiraba demasiado a mis compañeros de otras generaciones, quería ser como ellos, me encantaba la idea de ser investigadora y doctora al mismo tiempo, por lo cual, el PECEM ha sido una parte fundamental en mi formación profesional, y estoy segura que sin él no estaría donde hoy estoy ahorita”, expresó.
Uno de sus logros más destacados fue la obtención de la Mención Honorífica en su examen doctoral, para el cual realizó una investigación sobre Inmunología relacionada con COVID-19: “Mi investigación se centró en medir citocinas en sangre periférica de pacientes antes de que contrajeran la enfermedad, para analizar cómo su sistema inmune respondía. Obtuve la Mención Honorífica gracias al apoyo y la confianza de mis profesores y tutores, quienes siempre creyeron en mí”, comentó.
Otro de los reconocimientos que recibió la doctora Viurcos Sanabria fue su propuesta para la Medalla Alfonso Caso, un galardón que se entrega a alumnas y alumnos destacados en sus estudios de especialización, maestría o doctorado: “Fue una sorpresa increíble, me llenó de mucha emoción saber que todo el esfuerzo que había hecho a lo largo de mi carrera estaba siendo reconocido”, expresó.
El hábito que le ayudó a mantener la disciplina fue siempre tener un objetivo a largo plazo: “Creo que sin eso hubiera dejado de hacer muchas pequeñas cosas que me hubieran complicado todo, y el hecho de tener un gran objetivo como lo es mi título, mi doctorado, y mi especialidad en una rama que me gusta mucho, me hicieron mantenerme enfocada y no perder de vista la meta”.
Con su experiencia y su ejemplo de superación, expresó unas palabras de motivación a las nuevas generaciones de estudiantes de Medicina: “Mi consejo es que se pongan metas grandes, que sueñen en grande y que no tengan miedo de soñar, ustedes son capaces de todo. Aprovechen las herramientas que la UNAM ofrece, hagan amigos, cuiden su salud mental y física para evitar el burnout, tengan muchas amistades, y nunca dejen de estudiar”, destacó la egresada, quien continúa persiguiendo sus sueños con la misma determinación.
Para Rebeca, el motor que la impulsa a seguir adelante es el apoyo de su familia y la satisfacción de ver cómo sus esfuerzos rinden frutos. “Lo que más me motiva es darme cuenta de que cada paso, por pequeño que sea, me acerca a mis sueños. Cada meta cumplida, ya sea a corto o largo plazo, es una motivación para seguir creciendo”, concluyó.
Rebeca Viurcos Sanabria no sólo es un ejemplo de éxito en el ámbito académico, sino también una inspiración para aquellas personas que buscan hacer una diferencia en el mundo a través de la Medicina y la investigación.
Alan Valdez