Como parte de las actividades que realiza la Facultad de Medicina de la UNAM en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, se realizó el conversatorio “Por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas en la Formación la Práctica Médica”, el cual tuvo el objetivo  de visibilizar algunas de las situaciones de violencia que enfrentan las mujeres en la formación y la práctica médica y plantear propuestas de acción.

La doctora Yuriria A. Rodríguez Martínez, responsable del Programa de Estudios de Género en Salud de la Facultad, moderó este diálogo, donde la doctora Lourdes García Fonseca, fundadora y Coordinadora de la Clínica de Género y Sexualidad del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, compartió cómo, en los años 70, cuando ingresó a la Facultad, apenas eran 3 mujeres en la carrera y los comentarios machistas eran frecuentes: “Nos decían que nuestro cerebro pesaba menos o que sólo éramos buenas para el ‘petate’. Por lo general, no hay una perspectiva de género en los primeros años de formación, por lo que es fundamental cambiar esto. Sin embargo, la familia y los medios de comunicación son también grandes responsables de normalizar la violencia en los hombres desde que son niños”.

Por su parte, la doctora Diana Patricia Guízar Sánchez, académica del Departamento de Fisiología de la Facultad, subrayó que existe una gran normalización de la violencia en la formación de las y los estudiantes de Medicina, especialmente a través de comentarios sexistas: “Se les suele llamar a las doctoras ‘amor’, ‘corazón’ o ‘chiquita’. Este problema se agrava durante las residencias médicas. Un desafío adicional es que los residentes son tanto trabajadores como estudiantes, lo que los coloca bajo la Norma Oficial Mexicana y también bajo la Secretaría de Trabajo, lo que complica las denuncias. Afortunadamente, la Defensoría de los Derechos Universitarios brinda un gran apoyo y seguimiento a los casos, aunque es necesario difundir esta información para que la comunidad conozca cómo actuar y lo que está mal”.          

La maestra Laura Martínez Rodríguez, Presidenta de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, AC, compartió una experiencia de violación que afrontó una amiga cuando iba en la preparatoria, lo que la impulsó a estudiar Psicología: “La barrera más importante que he observado es el patriarcado y los mandatos sociales que debemos cambiar. Estos afectan no sólo a las mujeres, sino también a los hombres, quienes sufren violencia y críticas de sus compañeros si tratan con igualdad a sus compañeras”.

Fotografías: Alan Valdez

Por su parte, la doctora María del Carmen Jiménez Martínez, Representante de la Comisión Interna para la Igualdad de Género, destacó que la mayor limitante para erradicar la violencia es la educación y sensibilización de todas las personas: “Los hombres y también las mujeres adultas también pueden ejercer violencia contra otras mujeres porque han internalizado ideas de poder que existen en la sociedad. Las instituciones educativas podemos contribuir a modificar estos factores.”

Alan Valdez