Aranza Bernal Delgado, estudiante de la Licenciatura de Médico Cirujano

Mi rotación en Cirugía ha sido una de las experiencias más enriquecedoras y formativas de mi carrera. El abordaje integral del paciente que he aprendido a implementar me ha permitido adquirir una perspectiva holística de los procesos de diagnóstico, tratamiento y recuperación. Desde el momento en que el paciente ingresa hasta que se recupera de la intervención, cada etapa tiene un valor único y crucial que he llegado a comprender mejor gracias a esta formación. Las rotaciones en cirugía han sido verdaderamente una maravilla. No sólo he podido absorber vastos conocimientos teóricos, sino que he tenido la oportunidad de participar activamente en cirugías, lo que me ha dado una mayor comprensión y confianza en el manejo de los procedimientos quirúrgicos.

En comparación con otros hospitales en los que he rotado, aquí tuve un contacto mucho más directo y frecuente con los quirófanos, lo que ha sido fundamental para afinar mis habilidades quirúrgicas. Cada día en el quirófano ha sido una oportunidad para aprender algo nuevo, desde técnicas específicas hasta la importancia del trabajo en equipo y la toma de decisiones rápidas y efectivas. He podido ver y practicar con procedimientos que anteriormente sólo había estudiado en libros, lo cual ha hecho una gran diferencia en mi formación práctica. He aprendido mucho más sobre las técnicas quirúrgicas, los cuidados postoperatorios y el manejo de complicaciones que lo que había logrado en rotaciones previas. Esta asignatura de Cirugía ha sido un verdadero parteaguas en mi vida profesional, no sólo por lo que he aprendido, sino porque me ha permitido involucrarme más en el fascinante mundo quirúrgico y clínico. Los profesores y cirujanos con los que he trabajado han sido mentores excepcionales, transmitiéndome no sólo sus conocimientos, sino también su pasión por la Cirugía. Gracias a ellos, he fortalecido mi interés por la Cirugía y estoy más comprometida que nunca a seguir desarrollándome en esta área, con nuevas perspectivas y ambiciones para el futuro. Este enfoque global en el manejo del paciente, junto con la experiencia práctica intensiva, ha consolidado mi pasión por la Cirugía y ha abierto un camino claro hacia mi futuro profesional en el mundo quirúrgico.

Durante la materia el doctor nos dejó hacer una actividad en la cual presentábamos un caso, teníamos que explicar la técnica que se empleó en el quirófano y hablar acerca del paciente, esto me sirvió mucho porque tuve la oportunidad de presenciar un caso crítico de urgencia dialítica en un paciente con insuficiencia renal crónica etapa V. Se trataba de un masculino de 58 años de edad, el cual acudía al servicio de urgencias por presentar dolor en fosa renal izquierda, intensidad 10/10, irradiado hacia región abdominal posterior y con hematuria, a la exploración física se encontró puntos ureterales y puño percusión izquierdo positivos, se ingresa al servicio de observación y se le realizan estudios, los cuales reflejan una hiperkalemia severa con traducción electrocardiográfica, un trastorno ácido base, alcalosis metabólica y alcalosis respiratoria.

Se inicia manejo con analgésicos e hidratación parenteral, medidas antihiperkalémicas y estabilizador de membrana por gluconato de calcio. Posteriormente se ingresa a piso al servicio de Medicina Interna para continuar con su protocolo diagnóstico y terapéutico, una vez ahí se toman imágenes, laboratorios en los cuales muestra ligera mejoría, pero se integran diagnósticos agudos; síndrome urémico, hiperkalemia severa con cambios electrográficos, acidosis metabólica con anión GAP 20, síndrome de sobrecarga hídrica central, dado que cuenta con criterios de urgencia dialítica el paciente cumplía con las condiciones necesarias para iniciar un tratamiento de diálisis peritoneal. Debido a la gravedad del cuadro y la necesidad de realizar un tratamiento de sustitución renal de manera urgente, se decidió intervención por el servicio de cirugía general, respondiendo favorablemente y haciendo la colocación de un catéter Tenckhoff para iniciar la diálisis peritoneal lo antes posible. Me tocó ser partícipe de este procedimiento, el cual posteriormente tuve que explicar a mis compañeros la técnica y todo acerca de la diálisis peritoneal.

Considero que es fundamental resaltar la importancia de una adecuada presentación de los pacientes entre los diferentes servicios, ya que en este caso en particular el paciente ya tenía su enfermedad diagnosticada, pero en otros casos es importante saber interrogar al paciente, pues eso te da el 90 por ciento de los diagnósticos y lo demás es complementario. En este caso, un manejo integral fue indispensable, involucrando la atención desde urgencias, donde se realizó una primera exploración detallada que identificó signos de descompensación como hiperkalemia severa, sobrecarga de volumen y acidosis. Posteriormente, en el servicio de Medicina Interna, se realizó una evaluación clínica más profunda, estabilizando al paciente y confirmando la indicación de diálisis urgente. Finalmente, el servicio de cirugía intervino para la colocación del catéter Tenckhoff, lo cual permitió el inicio inmediato del tratamiento dialítico.

Es esencial conocer los antecedentes del paciente, ya que estos pueden influir en la elección del tratamiento y la velocidad de intervención. Condiciones preexistentes, como insuficiencia renal crónica, hipertensión o diabetes mellitus, que podrían haber precipitado la insuficiencia renal aguda, son cruciales para guiar el manejo clínico y la indicación de diálisis. Según la literatura (KDIGO 2012), los criterios para la indicación de una urgencia dialítica incluyen hiperkalemia refractaria, sobrecarga de volumen que no responde al tratamiento diurético y acidosis metabólica severa. Estos criterios clínicos son fundamentales para determinar la necesidad de una intervención urgente, como la colocación de un catéter Tenckhoff, y garantizar una pronta recuperación del paciente.

En resumen, la correcta coordinación entre los diferentes servicios clínicos permite un abordaje integral, desde la exploración inicial en urgencias, la evaluación y estabilización en Medicina Interna, hasta la intervención quirúrgica para la colocación del catéter. Esta fluidez en la atención multidisciplinaria es clave para salvar vidas en situaciones críticas como las urgencias dialíticas, reforzando la importancia del trabajo en equipo y la atención precisa en cada paso del proceso.

Bibliografía:

  1. Kidney Disease: Improving Global Outcomes (KDIGO) Acute Kidney Injury Work Group. KDIGO Clinical Practice Guideline for Acute Kidney Injury. Kidney Int Suppl. 2012; 2:1-138.
  2. National Kidney Foundation. KDOQI Clinical Practice Guidelines for Chronic Kidney Disease: Evaluation, Classification, and Stratification. 2002.