La atención de primer nivel no requiere de mucho dinero, propaganda ni aparatos, necesita trabajo humano, ya que la Medicina preventiva es lo más importante”, destacó Baruch Guerra Fuentes, médico pasante de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien realiza su Servicio Social en la Unidad Médica Rural Zapotitlán Salinas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Zapotitlán, Puebla.

Durante esta experiencia, ha comprobado la solidez de los conocimientos obtenidos en la academia y su importancia para enfrentar los distintos obstáculos: “Me he valido de la clínica que aprendí en la Facultad, del programa en el que estoy y de las autoridades locales que colaboran”. También aseguró que “a pesar de las carencias, prevenir padecimientos como diabetes, hipertensión u obesidad, es lo más importante”.

La respuesta de la gente le ha resultado satisfactoria, pues “los pacientes se dan cuenta de la preparación que tenemos”, aseguró el universitario.  Para él, realizar su Servicio Social en una sede rural significaun privilegio y la oportunidad de ser responsable de la salud de toda una población” que confía en sus capacidades como médico.

Como parte del programa “IMSS Bienestar”, Baruch ha participado en la implementación de estrategias preventivas, como lo es la vacunación, y ha atendido a pacientes de todas las edades, obteniendo aprendizajes valiosos como la empatía y el brindar apoyo a quienes tienen limitaciones económicas y de acceso a los medicamentos; asimismo, ha aprendido a ser humilde, reconocer y respetar una realidad que es distinta a la citadina. “La Medicina conlleva una mejora constante, el escenario rural te hace crecer día a día en beneficio de la gente, pero también implica un reto personal”, afirmó.

Tengo mucho que regresarle a la sociedad, todos han contribuido a mi preparación de forma directa o indirecta, y lo voy a hacer brindándoles una atención de primer nivel a mis pacientes”. Del mismo modo, expresó el orgullo que siente por pertenecer a la UNAM, enfatizando que los profesionales de esta institución se caracterizan por tener una mirada clínica eficaz y resolutiva.

En ese sentido, recordó el caso de una mujer que presentó una reacción anafiláctica: “Una reacción anafiláctica ocurre como consecuencia de una alergia grave, a la paciente se le había aplicado la vacuna de COVID-19 y tuvo esta reacción. La recibí inmediatamente, la canalicé, le suministré epinefrina, hidrocortisona y salbutamol en spray, y la estuve vigilando hasta que pasó la crisis. Después, la transferimos al hospital y, hoy en día, está viva para contarlo”.

Por otra parte, el ataque de animales es uno de los principales motivos de consulta, debido a las condiciones ecosistémicas del lugar, según compartió el médico pasante: “Recientemente, apliqué un antiviperino, que es un antídoto para las serpientes venenosas. Se trataba de una víbora de cascabel, tuvimos que bajar al paciente desde un cerro muy alto, para llegar caminamos 15 minutos cuesta arriba. Desde mi Unidad hasta el sitio donde se encontraba hicimos una hora de camino”.

Baruch espera que, al finalizar su Servicio Social, la población se encuentre en buen estado de salud y con un seguimiento médico óptimo: “Quiero dejar en buenas condiciones a las embarazadas y a los niños menores de 5 años, así como a mis pacientes hipertensos y diabéticos, que son nuestra prioridad”.

No obstante, en un futuro planea ejercer en un área rural: “Mi juventud estará enfocada a la Cirugía, pero me gustaría dedicar mis últimos 10 años de labor a este ámbito porque en estas zonas de nuestro país hacen falta muchos médicos”. Mientras tanto, en unos meses iniciará su especialidad en Cirugía General, luego de que en días pasados le notificaran que aprobó el Examen Nacional de Residencias Médicas.

Finalmente, invitó a los estudiantes interesados en realizar su Servicio Social en una zona rural a “estudiar y prepararse con mucho esfuerzo porque la gente los necesita, su futuro puede depender de ustedes”.

 Isabel García