Soy Daffne Baldwin Monroy y actualmente me desempeño como académica en la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana. A lo largo de mi carrera he trabajado en la nutrición pediátrica, un campo que me apasiona desde que lo descubrí. En los próximos días me presentaré en la Premier Paper Session y Vars Award Competition durante el evento ASPEN25, con una investigación que realizamos en un hospital pediátrico.
Mi interés por la nutrición nació de una temprana fascinación por el bienestar infantil, ya que siempre quise dedicarme a trabajar con niños y me gustaba la idea de ser maestra. Durante mi formación en la preparatoria descubrí la bioquímica, lo que me llevó a elegir algo que se relacionara con eso sin dedicarme al 100 por ciento a la química. Así fue como encontré la nutrición, un campo que no sólo me permitió abordar mis intereses, sino que también me brindó una perspectiva clínica y de investigación.
Mi historia profesional comenzó en un hospital pediátrico, donde realicé mi Servicio Social. Al terminar, me invitaron a unirme a un proyecto de investigación en el que me fui un año a trabajar a la industria. Después regresé y continué mi labor clínica y académica, ya que comencé a dar clases en diversas instituciones, como la Universidad Anáhuac y la Escuela de Nutrición del ISSSTE, sitio donde terminé la maestría.
En el hospital, mi trabajo se enfoca en el soporte nutricional para pacientes críticos, especialmente aquellos en terapia intensiva y neonatal. Buscamos estrategias para mejorar la calidad nutricional y reducir la desnutrición en pacientes que atraviesan situaciones complejas.
Junto con un equipo, generamos investigaciones clave en nutrición clínica pediátrica, como el proyecto “Change in Quadriceps Thickness and its Association With Energy Intake, Mortality, and Length of PICU Stay in Pediatric Patients”, el cual fue seleccionado como uno de los 5 mejores trabajos para su presentación en la Premier Paper Session y Vars Award Competition durante el evento ASPEN25.
Este tipo de investigaciones no sólo es crucial para la práctica clínica, sino que también es un ejemplo de cómo la nutrición puede ser un factor decisivo en la recuperación de los pacientes más vulnerables.
Además de mi trabajo en el hospital, mi pasión por la formación de recursos humanos también ha sido un motor en mi carrera. Llevo más de 13 años impartiendo clases universitarias y considero que la educación es una de las herramientas más poderosas para transformar la práctica de la nutrición. Mis estudiantes en un futuro serán las y los responsables de atender a mis padres, hijos o nietos, por lo que mi objetivo es garantizar que adquieran las habilidades necesarias para enfrentar los retos que encuentren y contribuir a la nutrición pediátrica con excelencia.
Trabajar con alumnos te da la oportunidad de estar capacitándote todo el tiempo, buscar información novedosa y proporcionar los datos que mayor impacto puedan tener en el desarrollo profesional de mis estudiantes. Además, otra de mis grandes motivaciones son los pacientes. No hay mejor maestro que un paciente que fue complejo, que te hizo leer, estudiar y adquirir nuevos conocimientos. Sin duda, atender a los pacientes siempre va a ser una motivación.
Es sumamente importante colaborar y no competir con otros profesionales para fortalecer la práctica de la nutrición. Cada colega tiene fortalezas únicas que, al compartirlas, pueden enriquecer el campo de la salud y la nutrición en México.
A futuro, mi sueño es desarrollar un programa educativo especializado en nutrición clínica pediátrica, lo que me permitiría seguir formando a profesionales altamente capacitados y contribuir al bienestar de muchos más niños. Estoy convencida de que, a través de la educación y la investigación, podemos hacer una diferencia real en la salud infantil.