Un cuidador primario es la persona encargada de brindar la mayoría de los cuidados de otra, como alimentarla, bañarla, administrar medicamentos y realizar algunas compras. El papel de las mujeres en el ámbito del cuidado es esencial, ya que, debido a factores culturales, son ellas quienes asumen principalmente esta responsabilidad, afirmó la doctora Karla Duarte Pérez, Académica del Departamento de Farmacología de la Facultad.

Durante la sesión del Ciclo de Conferencias de Ciencias Básicas, organizada por la Coordinación de Comunicación Socia y transmitida por Facebook Live (https://www.facebook.com/FacultadMedicinaUNAM/videos/1750543642470069), la ponente indicó que “el desafío para los cuidadores primarios es multifacético, ya que deben atender tanto las necesidades médicas como las cotidianas del paciente. Este rol tiene un impacto significativo en la salud física y mental de las personas cuidadoras, quienes, en muchos casos, llegan a descuidar su propio bienestar. La salud de los cuidadores corre riesgos, pudiendo desarrollar diversas enfermedades”.

Asimismo, comentó que el cuidado prolongado tiene repercusiones importantes para la salud de las personas cuidadoras. Según estudios, un 33.3% de los cuidadores reportan problemas de salud física, como hernias, dolores musculoesqueléticos, hipertensión, migrañas, bajo peso, problemas digestivos y estrés. Además, un 70.8% presenta problemas de salud mental, incluidos trastornos como el síndrome del quemado, también conocido como síndrome de Burnout. Este síndrome se desarrolla cuando una persona asume el cuidado de otra durante más de 6 horas al día y por un período superior a 5 años.

Por otro lado, señaló que la mayoría de los cuidadores no son remunerados, y este rol lo desempeñan principalmente familiares. A nivel mundial, el 80.3% de los cuidadores son mujeres, de las cuales el 90-95% no reciben compensación económica. En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social reporta que el 95% de los cuidadores no remunerados son mujeres, con una edad promedio entre 35 y 58 años. Además, muchas de estas mujeres cumplen con responsabilidades adicionales en el hogar.

A pesar de los retos, la doctora Duarte Pérez resaltó que ser cuidador tiene algunas ventajas emocionales, intelectuales y psicológicas. Quienes asumen este rol suelen desarrollar mayor empatía, compasión y un profundo conocimiento sobre las enfermedades que enfrentan sus seres queridos. También fomentan habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas.

Por ello, consideró que es fundamental que las personas cuidadoras reconozcan la importancia de cuidar de sí mismas para poder brindar un mejor apoyo a los demás. Algunas estrategias clave incluyen: Reconocer los propios límites y pedir ayuda cuando sea necesario, compartir la carga de los cuidados, practicar técnicas de regulación emocional, dedicarse tiempo para sí mismos, sin culpa.

Finalmente, la doctora Duarte Pérez enfatizó la importancia de que las personas cuidadoras adopten el principio de “Cuidarnos también es cuidar a los demás”, y sólo a través de la atención a su salud física y mental, los cuidadores podrán continuar brindando el apoyo necesario a quienes dependen de ellos.

Beatriz Carmona