“La contaminación ambiental representa uno de los mayores riesgos para la salud pública contemporánea, con efectos que trascienden las manifestaciones clínicas tradicionales para impactar directamente nuestro material genético. La Organización Mundial de la Salud define este fenómeno como la presencia de sustancias dañinas en el entorno que afectan tanto la salud humana como los ecosistemas”, señaló la doctora Marcela Rojas Lemus, académica del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad.

Durante la actividad transmitida por Facebook Live y YouTube, la doctora Rojas Lemus presentó sus investigaciones sobre los efectos genotóxicos de los contaminantes ambientales, destacando la importancia de evaluar el daño genotóxico para desarrollar políticas de salud pública más efectivas. Asimismo, enfatizó la relevancia de comprender los mecanismos moleculares del daño al ADN para la medicina preventiva.

En la conferencia organizada por la Coordinación de Comunicación Social, la ponente habló acerca de los mecanismos de daño genético causados por contaminantes. “El ADN es una biomolécula compleja que resguarda toda nuestra información genética. Las células eucariotas han desarrollado sofisticados sistemas de protección, manteniendo el material genético en el núcleo celular para evitar interacciones perjudiciales con otras moléculas del citoplasma”.

La especialista presentó los hallazgos sobre el impacto de los radicales libres en la integridad genética: “Los radicales libres representan una amenaza constante para el ADN. Aunque en concentraciones adecuadas funcionan como mensajeros intracelulares esenciales, su exceso genera estrés oxidante capaz de producir más de 100 tipos diferentes de lesiones en el material genético. La radiación ionizante y ultravioleta, junto con hidrocarburos aromáticos policíclicos presentes en el humo del cigarrillo, constituyen fuentes significativas de daño exógeno”, señaló.

La investigadora indicó que las técnicas de evaluación genotóxica han revelado patrones específicos de daño. “El ensayo de cometa nos permite visualizar directamente los rompimientos en el ADN mediante la formación de colas características, mientras que la frecuencia de micronúcleos en eritrocitos jóvenes sirve como indicador confiable de daño genotóxico irreparable”, detalló.

La doctora Rojas Lemus destacó que “es fundamental comprender los mecanismos de daño al ADN causados por contaminantes ambientales para desarrollar estrategias preventivas efectivas y políticas de salud pública más robustas. Este conocimiento nos permite identificar factores de riesgo específicos y diseñar intervenciones dirigidas para proteger la integridad genética de las poblaciones expuestas”, sentenció.

Fernando Jacinto