El doctor Rafael Lozano Ascencio, Profesor Emérito del Departamento de Ciencias de la Medición en Salud de la Universidad de Washington y actual Académico Titular “A” de medio tiempo de nuestra Facultad en el Departamento de Salud Pública, cuenta con cerca de 40 años dedicado a la investigación. Su historia es un testimonio del compromiso con la Medicina y la Salud Pública.

Con una vasta experiencia formando estudiantes de posgrado, actualmente disfruta desde hace tres años enseñando a estudiantes de primer año de la Licenciatura de Médico Cirujano, pues son un “libro en blanco”, ideales para sembrar una visión  amplia de la salud pública. Valora la oportunidad de enseñar a mentes frescas, alejándose de la memorización tradicional para fomentar análisis integradores y lectura profunda, mostrando a la Medicina desde una óptica poblacional y no sólo molecular, y fomentando el pensamiento crítico: “Hay que haber vivido la Salud Pública a nivel nacional e internacional para poner ejemplos y no repetir lo que dice el libro”, insiste, subrayando la importancia de combinar experiencia práctica e investigación con enseñanza académica.

“Como Profesor Emérito de la Universidad de Washington y el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME por su sigla en inglés), valoro profundamente mi experiencia en instituciones líderes mundiales en estudios de carga global de la enfermedad, donde dirigí publicaciones altamente citadas y participé en proyectos trascendentales como el análisis global de COVID-19 y otros relacionados con investigación en servicios de salud (Recursos humanos, índice de acceso y calidad, así como Cobertura Universal en Salud). Sin embargo, reconozco que, aunque mi trabajo tuvo impacto internacional, su beneficio directo para México necesita expandirse. Ahora, desde la Facultad de Medicina de la UNAM, busco equilibrar esta ecuación formando a nuevas generaciones de mexicanos”, afirma.

A quienes aspiran dedicarse a la salud pública les aconseja paciencia y preparación rigurosa -maestrías, doctorados-, pues es un campo de mediano plazo que exige dedicación, pero ofrece gratificantes oportunidades para generar conocimiento y transformar realidades. El doctor Lozano enfatiza la importancia de una sólida preparación en salud pública, destacando la necesidad de desarrollar una cultura numérica para sustentar argumentos y fomentar el crecimiento colaborativo.

Por otro lado, reconoció que en México la capacidad investigativa se concentra en pocas instituciones como la UNAM, lo que genera insuficiente productividad y favorece la fuga de talentos: “Los jóvenes prefieren quedarse en el extranjero”. Sin embargo, él siempre consideró regresar: “Uno tiene que estar donde están enterrados los huesos de sus ancestros”, afirmó, destacando su compromiso de retribuir lo aprendido a su alma máter.

Finalmente, aseguró que mantiene proyectos ambiciosos: desde mejorar la calidad de los registros de mortalidad en México con un equipo de jóvenes investigadoras -proyecto que está por aprobarse en la Facultad-, hasta implementar estudios de carga de la enfermedad en diferentes estados de la República. “No paro”, confiesa, destacando su participación en la reformulación curricular de la carrera de Médico Cirujano de la Facultad, donde impulsa incorporar los resultados  de la carga de la enfermedad en problemas prioritarios como diabetes, problemas metabólicos e insuficiencia renal. “Creo que me va a faltar vida para terminar todo lo que tengo que hacer”, admite, revelando una agenda tan activa como cuando inició su carrera.

Una amplia trayectoria 

El doctor Rafael Lozano Ascencio estudió la carrera de Médico Cirujano entre 1973 y 1979 en la Facultad de Medicina de la UNAM, donde también fue ayudante de profesor en el entonces Departamento de Ecología Humana (hoy de Microbiología y Parasitología). Posteriormente, hizo su Servicio Social en Tlaxcala, en un programa del doctor José Rodríguez Domínguez (qepd), quien le invitó a ser ayudante de profesor en el Departamento de Medicina Preventiva. La experiencia del Servicio Social lo motivó a dedicarse a la Medicina Social, por lo que hizo una Maestría en la UAM Xochimilco, donde se integró como docente, después de haber trabajado en el IMSS en el área de Sociología de la Salud.

Fue fundador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), donde laboró de 1987 a 1996 y de 2013 a 2017, como Director del Centro de Investigaciones en Servicios de Salud. En 1994, se incorporó al Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades (GBD por su sigla en inglés). En 1994 en Harvard, además de contribuir con el estudio mundial, también desarrolló un análisis nacional para México. Poco después, el doctor Julio Frenk -entonces Vicepresidente de la Fundación Mexicana para la Salud- lo invitó a formar un equipo de investigación, cuyos aportes sentaron las bases del Programa Nacional de Salud durante la futura gestión del doctor Frenk como Secretario de Salud.

Posteriormente, el doctor Christopher Murray, Profesor y Catedrático de Ciencias de la Métrica de la Salud en la Universidad de Washington y Director del IHME, lo invitó a la Organización Mundial de la Salud, donde durante tres años analizó datos de mortalidad global. Cuando el doctor Frenk fue nombrado Secretario de Salud en el gobierno de Vicente Fox, el doctor Lozano asumió la entonces Dirección General de Estadística, a la cual se le cambió el nombre a Dirección de Información en Salud y se transformó al estandarizar estadísticas de todas las instituciones del sector, consolidando su rol clave en la epidemiología y políticas públicas de México, modelos que aún se usan.

Tras siete años en la Secretaría de Salud, el doctor Lozano se unió a la Universidad de Washington por invitación del doctor Christopher Murray, donde colaboró durante 15 años en el IHME. Sin embargo, en un interludio, la entonces Secretaria de Salud, Mercedes Juan, lo convocó para dirigir el Centro de Investigación en Sistemas de Salud del INSP durante cuatro años, periodo en el que mantuvo vínculos académicos con la Universidad de Washington, la cual lo nombró Profesor Emérito en 2023.

El doctor Lozano es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, Nivel III; Socio Titular de la Academia Nacional de Medicina de México y miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias. Cuenta con más de 240 publicaciones en revistas académicas con revisión de pares y alrededor de 163 mil referencias a sus publicaciones según Scopus e Índice H-106. En 2021, Web of Science y Clarivate le otorgaron un reconocimiento por ser uno de los autores más citados en su campo.

Ha recibido  reconocimientos, como la Medalla al Mérito Sanitario, de la Sociedad Mexicana de Salud Pública; y el Premio a la Trayectoria en Investigación, de la Fundación Carlos Slim.

Desde la pandemia por COVID-19, comenzó a colaborar con artículos en El Economista sobre temas de divulgación de la ciencia y conocimiento en salud pública, contenido recomendable para profesores y alumnos, ya que cada semana aborda un tema diferente relacionado con la Medicina o la Salud Pública.

Lili Wences