Aunque sentir miedo ante una situación de estrés es normal, el temor constante, específico, exagerado e irracional hacia un objeto o situación puede ser una patología, y es recomendable buscar la ayuda de un especialista.

De acuerdo con el doctor José Javier Mendoza Velásquez, coordinador de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, las fobias se generan a partir de una situación única y clara en la historia del individuo. “Casi todas tienen su origen en la infancia, posterior a una situación que la persona identifica como traumática. Cuando esto sucede, el sujeto traslada toda la ansiedad a este objeto, y es común que trate de evitarlo”, explicó.

Las fobias se presentan de distintas formas y grados. Dependiendo de éstos se puede afectar en mayor y en menor medida la vida de las personas, ya que hay objetos o situaciones que se pueden evadir, pero otras no. “Por ejemplo, se pueden evitar los sitios altos o los espacios cerrados hasta que se tiene que trabajar en un edificio o volar en un avión”.

Sin embargo, cuando se eluden situaciones cotidianas por una fobia, se puede ver verdaderamente afectada la vida del individuo, tal es caso de una fobia social.

Tipos de fobias
Dependiendo de los estímulos que nos generen ansiedad, pueden aparecer diferentes fobias. Las más comunes se encuentran dentro de las clasificaciones de fobia específica y fobia social.

Las primeras “se presentan ante cierta situación u objetos que por sí solos no causan mucho daño, como son algunos insectos, los perros, estar en espacios cerrados o abiertos, subirse a los aviones y conducir, entre otras”.

En tanto, las fobias sociales se van desarrollado ante diferentes tipos de exposiciones públicas. Se manifiestan como ansiedad al hablar frente a las personas, preguntar algo o desarrollar un tema. “Impide la comunicación con gente a la cual se desconoce, y provoca que no se desarrollen suficientes relaciones personales. Se puede complicar con fracaso escolar o laboral o ir acompañada de síntomas de ansiedad generalizada o depresión”, precisó el psiquiatra.

Tratamiento de la fobia social
La gravedad de los síntomas determinará el tratamiento en cada caso. Una parte de éste lo integra la terapia psicológica cognitiva-conductual. “Se trabaja de manera progresiva la exposición a cada estímulo, bajo el control de los síntomas, sea farmacológico o a través de diferentes técnicas, para que, una vez que se esté en contacto con el estímulo, no genere ansiedad. A esto se le conoce como situación controlada al momento fóbico”.

El uso de psicofármacos, en el caso de la fobia social, “se relaciona a inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, comúnmente llamados antidepresivos. Al administrarlos, se regulan los síntomas de la ansiedad”.

Aunque pedir ayuda pueda ser difícil, cualquier situación que genere disfunción deber ser consultada a un especialista, pues en gran medida hay una respuesta positiva a los tratamientos. “Vale la pena buscar ayuda, porque todas las fobias tienen solución”, aseguró el doctor Mendoza Velásquez.

Mariana Montiel