El aprendizaje es un instinto biológico básico que se usa para la supervivencia, es una actividad que no puede evitarse, pues en la vida diaria se aprenden cosas nuevas, incluso de manera involuntaria; cada vez que una persona aprende algo obtiene una sensación placentera. Este fenómeno se ha estudiado en niños pequeños que aprenden palabras nuevas; poder comunicarse y ser comprendidos les genera una sensación gratificante que se relaciona con el efecto de la dopamina, neurotransmisor involucrado en el sistema de recompensa.

“La riqueza mental no depende sólo del número de neuronas que se tienen, sino del número de conexiones que hay entre ellas; cada aprendizaje genera nuevas conexiones neuronales”, explicó el doctor David Bueno i Torrens, Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1ST y académico del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, España.

En el Seminario de Investigación del Departamento de Fisiología, moderado por los doctores Virginia Inclán Rubio, Jefa del mismo, María del Carmen Cárdenas Aguayo, Coordinadora de Investigación, y Raúl Sampieri Cabrera, Coordinador de Enseñanza, el experto explicó que los seres humanos aprenden para anticipar situaciones futuras o prever amenazas u oportunidades que puedan aprovechar; asimismo, el cerebro tiende a priorizar los aprendizajes transversales, contextualizados y sociales que involucran a varias áreas cerebrales.

El especialista, quien ha contribuido a la formación de profesionales en el ámbito de la neuroeducación, apuntó que ante el aprendizaje las personas pueden responder con miedo o con curiosidad, esta última lleva implícitas emociones y sensaciones de bienestar y hace que el aprendizaje se genere de una mejor manera, las situaciones de estrés pueden influir negativamente en el proceso de aprendizaje, no obstante, los conocimientos no provienen únicamente de experiencias positivas, sino también de las negativas.

El doctor Bueno i Torrens mencionó que cada persona tiene una forma de aprendizaje diferente. En el caso de la docencia, los alumnos sienten tensión al saber que los contenidos vistos en clase les serán preguntados en un examen, este hecho dificulta el aprendizaje, por lo que comentó que cuando a los estudiantes se les dice que un tema de clase no se preguntará en el examen, se relajan y disfrutan más las clases, lo que los motiva a poner mayor atención y retener la mayor cantidad de información posible, este tipo de motivación debería de tomarse en cuenta para la enseñanza.

En este sentido, señaló que también es importante que los docentes transmitan a los alumnos un ambiente de seguridad y confianza, pues así estarán más motivados e interesados en aprender, en comparación con un ambiente en el que no se sienten seguros o en el que una persona deprimida o sin motivación intenta transmitirles conocimientos. También hizo énfasis en que es importante no sólo realizar investigación, sino poder transmitir los conocimientos obtenidos a diversas personas mediante la divulgación científica.

De igual forma, consideró que el aprendizaje es igual a un árbol: la parte principal o tronco debe ser fuerte y tener bases sólidas que se deben cimentar desde la niñez a través de estímulos positivos constantes, pues de esta manera las ramas también serán fuertes para sostener los nuevos conocimientos y experiencias.

Ricardo Ambrosio