Un veneno es cualquier sustancia que produce enfermedad, lesión a los tejidos o que puede interrumpir los procesos vitales naturales una vez que está en contacto con el organismo; su tratamiento dependerá de su forma de transmisión, la cual puede ser de origen mineral (corrosivos, irritantes o narcóticos), vegetal (puede causar erupción, comezón o edema) o animal.

Este último, generalmente entra en forma cutánea, por ingestión o por inoculación, dependiendo de la especie que sea, pues el animal puede tener aguijón o dientes.

En el caso de las serpientes, puede provocar en el humano dolor e inflamación importantes, y después necrosis o úlcera y, si no se atiende a tiempo, llegar a la muerte, la cual es provocada por insuficiencia renal o cardiovascular y hemorragia cerebral, explicó el doctor José Trinidad Sánchez Vega, profesor-investigador del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Las serpientes tienen dos tipos de venenos: hemolítico, que produce alteraciones en la sangre, básicamente en las plaquetas y en los factores de coagulación, y neurotóxico, que actúa a nivel del sistema nervioso central. El daño que cause la mordedura dependerá de las concentraciones del veneno, la edad y la talla del afectado, “inclusive en ocasiones no afecta el veneno, sino las bacterias que se inyectan durante la mordedura”, señaló el doctor, quien también es el jefe del Laboratorio de Parasitología de dicho Departamento.

En el caso de los arácnidos, las arañas violinista y la llamada viuda negra son las más peligrosas que se encuentran en el medio; los alacranes que habitan en Colima, Durango, Morelos y Nayarit, son los que tienen venenos más tóxicos, que pueden llevar a la muerte, y los ácaros, como las garrapatas, también son peligrosos, pues es muy frecuente que estén en contacto con perros y, por lo tanto, con humanos.

Aunque la gran mayoría de las lesiones por picadura de insectos se curan rápidamente, puede haber complicaciones importantes, como las alergias producidas por el ciempiés gigante o la urticaria, causada por el azotador, del grupo de las orugas.

¿Qué hacer en caso de contacto con veneno?

El doctor Sánchez Vega precisó que, para atender a un paciente por envenenamiento, primero se requiere determinar si la transmisión fue por vía tóxica, por inhalación, por vía enteral o parenteral (intravenoso).

“En el caso de la ingesta de algún tóxico se sugiere beber abundante agua o leche con la finalidad de que se diluya; otras veces hay que inducir el vómito; o si es la picadura de una abeja, hay que extraer el aguijón y poner compresas de agua helada o hielos para reducir la inflamación y el dolor”, indicó.

Aunque no hay datos fidedignos respecto a cuántos casos de envenenamiento hay en México porque la gente no los reporta, el experto señaló que, tan sólo en el 2012, en el Instituto Mexicano del Seguro Social se registraron alrededor de 40 mil casos por accidentes provocados por serpientes, siendo Hidalgo, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz los estados más afectados.

El experto hizo un llamado para que las familias pongan atención especial en los productos que tienen en los hogares (de limpieza, detergentes o fertilizantes para plantas), pues éstos son una fuente muy importante de envenenamiento y representan un peligro para los niños, principalmente, pues están en envases de colores que llaman su atención.

Finalmente, comentó que, después de la recuperación, un veneno no tiene efectos posteriores; no obstante, en el caso de los pesticidas, su actuación es de forma gradual y el daño se genera a largo plazo, después de un tiempo considerable de estar en contacto con ese veneno mineral.

Lili Wences