Uno de los más grandes desafíos

Las células madres tumorales son las más resistentes a la radioterapia y quimioterapia

“Actualmente, cada caso de cáncer resulta en diferentes comportamientos clínicos, lo cual está condicionado por los distintos tipos de células que dan origen al tumor y la amplia variedad de mutaciones genéticas.  Es por esto que uno de los desafíos más grandes en esta área es la heterogeneidad dentro del tumor”, afirmó la doctora Dinorah Friedmann-Morvinski, académica de la Tel Aviv University, durante la conferencia magistral Cell plasticity and heterogeneity glioblastoma, organizada por la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

            El Glioblastoma (GBN) es uno de los tumores más agresivos y cambiantes que existen, el promedio de supervivencia para quien lo padece es de 12 a 15 meses y el tratamiento consiste en quimioterapia, radioterapia y extirpación quirúrgica, esta última con una baja tasa de efectividad, ya que depende de la localización anatómica del tumor y de su alto índice de recurrencia.

             “Tenemos hoy en día células madre que pueden generar nuevas neuronas. La pregunta es ¿cuáles de estas células dan origen al tumor cerebral?”, cuestionó la doctora Friedmann-Morvinski, quien cuenta con un modelo de experimentación en ratones, a los cuales se les inyecta GBM lentiviral, el cual permitió identificar que los gliomas pueden generarse a partir de neuronas y astrocitos ya diferenciados.

            “Si el tumor es iniciado por una célula, neurona o astrocito, que se encuentra en su nivel de diferenciación máximo, hay una etapa previa en donde debe volver hacia atrás en su desarrollo, volver a ser una célula madre tumoral; lo cual es un paso extra, al que nosotros llamamos reprogramación”, explicó.

 Además, comentó que “la heterogeneidad” afecta el proceso de evolución de la enfermedad, y esto ocurre cuando células diferenciadas se someten a mutaciones genéticas, para dar lugar a la progresión tumoral.

A través de sus experimentos, la doctora Friedmann y su equipo lograron aislar en la matriz extracelular del tumor, uno de los genes diana altamente expresado en el Glioblastoma, la tenascina-C (TNC), sugiriendo que el entendimiento de cómo el TNC y el microambiente (los cuales son de suma importancia en el proceso de formación, reformación y expansión del tumor) influyen en el comportamiento del mismo, y en las interacciones entre las células tumorales y no tumorales, lo cual  puede proporcionar la clave para el desarrollo de nuevas estrategias antitumorales efectivas.

            “Esta molécula ayuda a las células a volver atrás y formar células madre tumorales, con la capacidad de autorenovarse, crecer y una vez que forman el tumor, son más resistentes a la quimioterapia. Ahí radica la importancia del estudio”, concluyó la doctora Dinorah Friedmann-Morvinski.

Eric Ramírez