Muchos son los mitos y leyendas que se cuentan alrededor de la esquizofrenia. Se dice que el paciente con este trastorno es violento e impredecible en sus actos, que es menos inteligente, o que no se puede tratar este mal. No obstante, conocer en qué consiste, sus síntomas y el tratamiento puede cambiar la percepción de las personas, aseguró el doctor Raúl Escamilla Orozco, jefe de Unidad de las Clínicas de Subespecialidades del Instituto Nacional de Psiquiatría «Ramón de la Fuente Muñiz».

Durante la sesión mensual del ciclo “Todo lo que siempre quisiste saber y no te atrevías a preguntar” del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, explicó que la psicosis es un síndrome clínico, el cual consiste en la pérdida del contacto con la realidad, involucra alteraciones en la sensopercepción, que pueden ser de cualquier tipo de modalidad sensorial, las cuales se conocen como alucinaciones. La modalidad más frecuente en la esquizofrenia es la de tipo auditivo. “Pueden ser voces que comentan entre sí, una sola voz, un murmullo o un sonido esporádico. Esto se va graduando o midiendo con base en qué tanto interfieren con las actividades de la persona que la padece”, indicó el experto.

Además de estas distorsiones, el paciente con esquizofrenia puede tener ideas delirantes, las cuales son creencias erróneas que se sostendrán de manera tenaz a pesar de toda la evidencia que se presente en contra. Las más comunes son de daño, tipo paranoide (o de persecución). Sin embargo, hay algunos padecimientos médicos que cursan también con psicosis. A diferencia de la esquizofrenia que se acompaña de otros síntomas, denominados como negativos: como anhedonia, pérdida de la capacidad de disfrutar las cosas, aislamiento social, apatía, abulia o falta de iniciativa.

La edad de inicio en general se presenta entre los 11 y 25 años para los hombres, mientras que en las mujeres es entre los 25 y 35 años. El desarrollo de este padecimiento tiene que ver con varios componentes: el biológico, destacando el factor genético, además de elementos como la exposición a sustancias adictivas, un entorno psicosocial adverso que incluye el medio ambiente donde crece y se desenvuelve el individuo.

A pesar de conocer bastantes factores de riesgo, no se tiene una receta exacta para determinar si alguien padecerá esquizofrenia, pues algunas veces detona sin un motivo aparente. “De algo sí hay seguridad en este padecimiento, las mujeres, habitualmente, tienen mejor pronóstico de recuperación, pues tienen una reserva cognitiva mayor. Las formas más graves, más difíciles de tratar, son en los hombres”, aseveró el doctor Escamilla Orozco.

Si el paciente se trata de manera temprana tiene más posibilidades de recuperarse y adaptarse de nuevo a la sociedad. La base del tratamiento es con fármacos denominados antipsicóticos, pero el porcentaje de respuesta a éstos es cercano al 70 por ciento. El avance tecnológico en el desarrollo de nuevos medicamentos ha mejorado el perfil en cuanto a tolerabilidad, con menor incidencia de efectos colaterales, esperando lograr mejor adherencia al tratamiento y por lo tanto, más probabilidad de control del trastorno.

El tratamiento adecuado, de acuerdo con el especialista, también incluye un abordaje integral de tipo psicosocial, el cual se conforma de terapias cognitivo-conductual; rehabilitación; entrenamiento en habilidades sociales; terapia familiar, recreativa y laboral, donde también tienen cabida algunas formas de arte terapia. De esta manera, se complementan ambas modalidades de tratamiento para obtener un mejor resultado.

Víctor Valencia