Testigo y protagonista de más de 60 años de historia de la salud y la educación en México, así como de la creación y el desarrollo de instituciones, el doctor Guillermo Soberón Acevedo es autor de iniciativas tan relevantes como la inclusión en el artículo 4º constitucional del derecho a la protección de la salud, pionero de la descentralización de los servicios de salud y un permanente impulsor de políticas públicas a favor del bienestar de los mexicanos.

“Por muchos años en mi casa siempre se habló de Medicina. Hubo mucho qué comentar en los tiempos que hubo un gran desarrollo y surgieron las grandes instituciones de salud en México”, rememora el doctor Soberón al recordar que su padre, Galo Soberón y Parra, fue médico y profesor de la Escuela Nacional de Medicina, y dos de sus hermanos también siguieron los mismos pasos.

Originario de Iguala, Guerrero, se tituló como médico cirujano por la Escuela Nacional de Medicina en 1949, hoy Facultad de Medicina de la UNAM, época en la que la carrera comprendía tres años de materias básicas y tres de clínicas. “Fueron tiempos muy dinámicos, donde la gente iba a estudiar a otros países y traía nuevos conocimientos, lo que enriqueció realmente la enseñanza de una manera muy importante”, destaca.

Nace un bioquímico médico

Al concluir la carrera, su intención era estudiar Medicina Interna en el Hospital General de México, sin embargo, por consejo de su padre, fue al entonces Hospital de Enfermedades de la Nutrición, hoy Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, que recién se había formado y que, junto con el Hospital Infantil de México y el Instituto Nacional de Cardiología, modificaron la Medicina institucional.

El entonces director, el doctor Salvador Zubirán, aceptó al recién egresado y lo incorporó al Departamento de Anatomía Patológica, lo que le serviría para consolidar sus conocimientos en Medicina y motivarlo a buscar más información de diferentes temas al tener la oportunidad de transitar por varias especialidades.

Así, durante su estancia en el servicio de Endocrinología, comprendió que debía adquirir conocimientos en Bioquímica, por lo que acudió al curso del doctor José Laguna García y se doctoró en Química Fisiológica en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos de América, en 1956.

A su regreso creó el Departamento de Bioquímica en el Hospital de Enfermedades de la Nutrición, formando parte de una generación que utilizó la Bioquímica para hacer investigación en México.

El rector número 36

Durante el rectorado del doctor Ignacio Chávez, el doctor Soberón fue nombrado director del Instituto de Estudios Médicos y Biológicos, hoy Instituto de Investigaciones Biomédicas, donde aumentó el nivel de la enseñanza de posgrado, incorporó la Biomedicina en los planes de estudio e impulsó la formación de investigadores en el extranjero para que regresaran con conocimientos que pudieran aplicar en el país.

Posteriormente, con el doctor Pablo González Casanova al frente de la Rectoría de la Universidad, fue nombrado coordinador de la Investigación Científica, luego de crear un plan sobre la investigación en la UNAM que sirvió como base para el surgimiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en 1970.

Para 1973, la Junta de Gobierno lo designó el rector número 36. Durante su gestión la UNAM ganó prestigio, entereza y respetabilidad, y se buscó separar lo académico de lo laboral, así como ejercer la autonomía.

Creó el posgrado del Colegio de Ciencias y Humanidades, la Coordinación de Extensión Universitaria y la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica. Impulsó de manera notable la descentralización de la investigación, creando y fortaleciendo 17 centros en Ciudad Universitaria y en diferentes entidades de la República Mexicana.

No se puede dejar de mencionar su pasión por los Pumas, tanto del equipo de americano como de futbol soccer, cuyos triunfos siempre han sido motivo de gran alegría para él.

Durante su rectorado participó en el desarrollo y el fortalecimiento del equipo de futbol soccer, el cual alcanzó su primer campeonato nacional en 1977.

En sus palabras, su gestión, que abarcó dos periodos y concluyó en 1981, “pudo distinguirse por dos líneas paralelas de acción: una, el restablecimiento de la confianza social en los universitarios y de la confianza de los universitarios en ellos mismos; otra, la de superación académica y de proyección social”.

Autor de la segunda generación de reformas en salud

En 1981, estando en la Universidad de Wisconsin como profesor visitante, el doctor Soberón recibió una llamada telefónica de Miguel de la Madrid Hurtado, por encargo de José López Portillo, entonces presidente de México, quien lo convocó para ser el coordinador de los Servicios de Salud de la Presidencia de la República, a fin de diseñar un programa que permitiera mayor cobertura nacional.

En el mandato de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) estuvo al frente de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, que en 1986 se convertiría en Secretaría de Salud. Sus primeras acciones fueron promover que esta dependencia fungiera como cabeza rectora del Sector Salud y así fue posible enviar una iniciativa para incorporar el derecho a la protección de la salud en el artículo 4º constitucional al Congreso de la Unión, dando origen a la segunda generación de reformas a la salud, con la modificación de la Ley General de Salud, formulada bajo el mandato directo de Guillermo Soberón en 1983.

Asimismo, inició un proceso de descentralización de los servicios de salud, la cual concluyó en 14 estados de la República, que no pudo finalizar debido a la situación económica. También creó el Instituto Nacional de Salud Pública, con sede en Cuernavaca, impulsando la investigación y la enseñanza.

“Hoy ya contamos con 13 institutos que tienen actividades de docencia en pregrado y posgrado, porque el sistema de salud desde siempre ha tenido una simbiosis entre la escuela y las instituciones de salud que ha sido mutuamente benéfico. Esto ha sido característico de México y de varios países de Latinoamérica que siguieron su ejemplo”, resalta el doctor Soberón, quien considera como prioridades actuales la atención de enfermedades crónicas y el cuidado de la salud con base en la Medicina Genómica.

Una gran trayectoria

En los últimos 30 años el doctor Soberón ha desempeñado diversos cargos, como: coordinador del Consejo Consultivo de Ciencias, secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional para el Genoma Humano, secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Bioética y presidente del Consejo de ésta, así como asesor personal de dos secretarios de Salud del gobierno federal. También fue presidente Ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud y del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica.

Ha recibido 12 doctorados honoris causa en México y el extranjero, es autor de más de 140 artículos de investigación y ha colaborado en más de 110 libros. Actualmente es presidente del Consejo Asesor Científico y Médico del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Lili Wences