En pleno siglo XVI, cuando la Inquisición se proclamaba de la forma más hostil en contra del conocimiento, Miguel de Servet describió la circulación menor. Aunque él buscaba el alma que se creía estaba en la sangre, logró precisar el recorrido que ésta hace desde el corazón hasta los pulmones y lo plasmó en uno de los tantos libros prohibidos por el Tribunal del Santo Oficio y cuya lectura tenía como consecuencia un clamor que prescribía: ¡Quémalo vivo!

¿Te imaginas no poder leer tu libro favorito? En una divertida e histórica reflexión, la Noche de Museos de noviembre en el Palacio de la Escuela de Medicina presentó la obra “Hechizos, sortilegios y brujerías ante la Inquisición”, escrita y dirigida por el dramaturgo Francisco Hernández Ramos, quien creó esta historia a partir de la documentación acerca de la Inquisición en Latinoamérica.

La puesta en escena de la compañía teatral Félix Novohispano transportó a los asistentes a los siglos XV, XVI y XVII, época en la que se juzgaba a las personas por los libros que habían leído, según el criterio de la Santa Inquisición. “Lo que quisimos hacer es que la gente tomara conciencia de la importancia de estos libros y autores que son, sin duda, quienes cambiaron el pensamiento de la humanidad”, aseguró el director, quien también declaró que el actor principal de esta obra fue el público.

Ésta no es la primera vez que Félix Novohispano toma al Palacio de la Escuela de Medicina como escenario, pues durante los últimos 20 años ha trabajado en el Centro Histórico. “Buscamos rescatar el teatro novohispano, sacarlo de sus cenizas para mostrar la riqueza cultural que tenemos”, aseguró Francisco Hernández.

Por Samedi Aguirre