A partir de 2013, la Facultad de Medicina imparte la Licenciatura en Ciencia Forense, la cual tiene como objetivo formar profesionales capaces de coordinar, dirigir y realizar la investigación científica de un hecho delictuoso para contribuir en la procuración y administración de justicia y prevenir el delito.

El año pasado, egresaron los primeros científicos forenses, quienes ya han comenzado a desarrollarse en diferentes instituciones. Tal es el caso de Ana Karen Martínez Naquid, quien actualmente labora en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, entidad proactiva, comprometida y con credibilidad que impulsa políticas, estrategias y acciones que contribuyan a la mejor e integral atención de los perjudicados de algún delito.

En este sentido, el acompañamiento que realizan estos científicos es a las víctimas, ante gestiones en los Servicios Médicos Forenses y en los Centros Federales de Readaptación Social, revisando expedientes y emitiendo opiniones técnicas.

Su principal tarea es acompañar a estas personas perjudicadas para que recuperen su proyecto de vida. “En el Modelo Integral de Atención a Víctimas, brindan asesorías jurídicas, médicas y psicológicas, lo hacen entre profesionales de estas áreas con los que nosotros colaboramos para la administración y procuración de justicia y la reparación del daño”, comentó.

Ha sido un reto ver de frente a las víctimas y escuchar de primera mano las versiones de las personas que han sufrido, te motiva para ser más responsable y muy consciente de la forma en que haces el trabajo, y las acciones que puedes realizar. Aún hay mucho por hacer y mucha capacitación que brindar, tanto al servidor público como a las víctimas”, enfatizó.

Su proyecto de vida profesional a largo plazo es insertarse en la docencia y la investigación académica, seguir contribuyendo como consultora en el desarrollo de políticas públicas, manuales y protocolos en materia forense.

Para Ana Karen su formación profesional fue muy completa porque tuvo la oportunidad de tomar clases con académicos especializados de la Universidad, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, y de peritos tanto de la Procuraduría General de la República como de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.

Gracias a sus maestros, que le proporcionaron una enseñanza con profesionalismo y visión de servicio, complementó su aprendizaje, pues le facilitaron herramientas para distinguir lo que, de manera ética, es aceptable hacer, pero también le dieron una visión de la realidad del ejercicio penal.

En cuanto a la práctica de su profesión, comentó: “La indagación de un delito requiere mucho trabajo académico, profesional, horas de dedicación y constante actualización de conocimientos. El campo laboral apenas se está abriendo para nosotros porque es una carrera nueva, pero podemos servir tanto como asesores técnicos de las víctimas como de los presuntos responsables. También podemos ayudar a desarrollar investigaciones académicas”.

Samantha Cedeño