El examen profesional para los médicos cirujanos, egresados de la Facultad de Medicina, es una prueba para evaluar sus conocimientos, habilidades y destrezas. Este año se presentó uno de los índices más bajos de reprobación, pues de los 899 alumnos, tan sólo el 7 por ciento no alcanzó una puntuación superior a 6.

“Estos resultados dan una muestra de los retos que se han alcanzado con el trabajo en conjunto de todos los departamentos. Asimismo, nos serán muy útiles para el trabajo de actualización curricular”, destacó la doctora Irene Durante Montiel, secretaria general de la Facultad, en la primera sesión del año del Taller de Desarrollo Académico organizado por la Coordinación de Ciencias Básicas de la Licenciatura de Médico Cirujano, en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”.

La prueba se dividió en dos fases: teórica y práctica. La primera se enfoca en 330 reactivos que los alumnos deben resolver en dos días. Además, entre cada bloque de preguntas, se da un descanso para no saturarlos, ya que es una prueba de alta exigencia. La fase práctica es obligatoria, independientemente del tipo de modalidad de titulación que haya elegido el alumno.

Otro resultado que arrojó esta edición de exámenes fue la diferencia en la media de aciertos global de la UNAM, respecto a las escuelas incorporadas, para las cuales es obligatoria la sustentación de la fase teórica del examen, ya que la media de respuestas correctas fue de 69 puntos; sin embargo, al evaluar únicamente los resultados de la Facultad, la media subió a 73.

“Nuestra fortaleza, a nivel del examen teórico, es en Salud Poblacional con 81 puntos, seguida de Conocimiento y Aplicación de las Ciencias Biomédicas (73 puntos). Después están Pensamiento Crítico y Juicio Clínico (71), y Habilidades Clínicas de Diagnóstico (71), por mostrar algunos resultados. La media en general está bastante bien”, explicó el doctor Armando Ortiz Montalvo, secretario de Educación Médica.

Por otro lado, se presentaron los resultados de la segunda fase del Diagnóstico del Perfil de Ingreso de la Licenciatura de Médico Cirujano, el cual evaluó conocimientos transversales (Lengua española, Etimologías grecolatinas, Ética y Bioética, y Método científico), el cual tiene el objetivo de detectar de forma temprana las necesidades de aprendizaje de los alumnos y poder coadyuvar de manera corresponsable entre los estudiantes y la Facultad, para cumplir varios niveles de conocimientos básicos y de perfil vocacional que establece el propio perfil de ingreso.

“¿Qué haremos con los resultados? En primer lugar, dárselos a los alumnos para que sepan cuál es el nivel de conocimientos en estas áreas. El perfil vocacional debe ser congruente con las necesidades académicas y de aprendizaje que plantea la Facultad. Con esto, tenemos la posibilidad de articular los programas académicos institucionales que ya existen y es posible generar estrategias novedosas que incorporen las necesidades que tendrán las próximas generaciones”, afirmó el doctor Oscar Barrera Sánchez, jefe de la Unidad de Desarrollo Curricular y Académico de la Secretaría General.

Eric Ramírez