Con el ciclo “A Puerta Abierta: Cuentos de las Cárceles del Santo Oficio de la Inquisición”, el Palacio de la Escuela de Medicina continúa ofreciendo opciones a distancia al público para conocer más sobre la historia y secretos de este majestuoso recinto construido en el siglo XVIII.

A través de transmisiones en Facebook Live, Valentina Ortiz, narradora, música y escritora, relata cuentos dirigidos a toda la familia, pero especialmente a los niños.

El primero fue Guillén de Lampart, el hombre que nunca corrió: En la mazmorra del Palacio de la Inquisición, él escribió largos versos sobre viejas sábanas, con tinta hecha de carbón. Hombre irlandés, condenado a muerte por la Inquisición de México en 1659, Guillén de Lampart fue un soñador, un gran aventurero. Después de ser pirata, llegó a las fuerzas españolas y así a tierras mexicanas. Con fuertes ideas sobre la libertad organizó una rebelión de indígenas y africanos contra la corona española. Pasó más de 17 años encerrado en el Palacio de la Inquisición y aun en esas terribles condiciones, siguió soñando en la libertad y en la comunidad.

Por su parte, Las Cihuateteos, dueñas de las hierbas y la sanación habla de las mujeres mexicas que murieron al dar a luz, quienes, además, junto con Tlazolteotl, se encargaban de los poderes de sanación. Ellas podían curar a los niños con hierbas y durante sus viajes cruzaban por las cárceles del Santo Oficio de la Inquisición, donde nunca dejaron sola a su comadre la Mulata de Córdoba, gran curandera, quien estaba presa.

Otro cuento narrado por Valentina Ortiz fue El burro y el gato, donde recordó que “en la cárcel de la Santa Inquisición habitaba un gato que llevaba una vida muy placentera. Todo cambió cuando llegó un burro que quería parecerse a los humanos y ser más inteligente. El burro escuchaba día y noche todo lo que los humanos de ese lugar hacían y decían. Se dio cuenta de las injusticias y aberraciones que el tribunal de la Inquisición realizaba. El burro y el gato se cuestionaron si de verdad era bueno parecerse a los humanos y el burro supo que era mucho mejor seguir siendo un burro, pues pareciese que ellos hacían cosas más inteligentes”.

Durante la transmisión, los espectadores pudieron disfrutar las historias y leyendas que con el paso del tiempo se han creado alrededor de las cárceles y que hasta hoy siguen formando parte de la cultura e historia de este emblemático lugar.

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Jaime Ugarte