La Licenciatura en Ciencia Forense (LCF) de la Facultad de Medicina de la UNAM se encuentra en constante actualización, tanto en su plan de estudios como en sus temas de investigación, por ello reunió a un grupo de expertos para analizar, a título personal, el “Proyecto de Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas”. Este documento fue publicado por la Comisión Nacional de Búsqueda y convocó a las familias de los desaparecidos, a la academia y a todo interesado, para opinar sobre él y ayudar a construir un mejor instrumento.

La mesa redonda, transmitida en línea, fue conducida por la doctora Zoraida García Castillo, coordinadora de la LCF, y tuvo como objetivo reconocer los puntos sobresalientes de este documento, así como brindar aportes en sus puntos menos fuertes. “A pesar de la contingencia, la búsqueda de personas desaparecidas no para, es un tema que sigue y que no se debe desatender. A la par de las demás violencias, yo le llamo ‘la otra epidemia’. En la LCF es un tema que nos ocupa y nos preocupa, y este Protocolo nos obliga a participar y saber”, manifestó la doctora García Castillo.

La maestra Mariel Guadalupe Durán Romero abrió la mesa haciendo énfasis en la necesidad de que el país regule la búsqueda de personas desaparecidas, pues el contexto actual obliga a actuar con responsabilidad y eficacia, sin olvidar la importancia del trato con las personas cercanas, quienes son claves en la investigación.

“Hay que recordar que partimos desde una realidad en que las familias ya han empezado a hacer la búsqueda de sus familiares y este trabajo lo plantea, eso lo hace valioso e importante. También me parece adecuado que cada disciplina y figura que participa en la búsqueda, como en el análisis y demás investigaciones, tienen un alcance y limitaciones, y es importante reconocerlo”, destacó la maestra Macuilxóchitl Mejía Jiménez.

La doctora May-ek Querales Mendoza se enfocó en las diferencias de los conceptos “buscar” e “investigar” expuestos en el Protocolo, pues es importante entender y saber cómo se hace la investigación penal, los procesos de búsqueda, cómo una antecede a la otra y cómo se cruza la investigación penal con los procesos de búsqueda. Asimismo, resaltó la importancia de tener claridad y transparencia con los conceptos manejados, para que todos puedan utilizarlos.

En su oportunidad, la maestra Roxana Enríquez Farías reflexionó acerca de las experiencias que ha tenido anteriormente y calificó al Protocolo como un desafío, pues requiere de la coordinación de muchas áreas. “Considero que la estructura con la que fue creado, sí permite ver el fenómeno como tal. Visibiliza cuál es la problemática en la desaparición de personas, la complejidad de su localización y, por lo tanto, permite ver el nivel o alcance que debe tener este proyecto en cuanto a la continuación con otros documentos”, comentó.

“Este trabajo es exhaustivo y bien elaborado. Me parece muy valioso que el equipo que elabora el Protocolo se enfoque en contextos de hallazgo. Sería importante, también, que se hiciera la propuesta de conceptos para darle una guía a las diferentes autoridades para que pudieran homologar criterios y se haga una clasificación más homogénea. Del mismo modo, me parece adecuado dar a entender que cada disciplina y figura que participa en la búsqueda tiene un alcance y limitaciones”, consideró el doctor Mirsha Emmanuel Quinto Sánchez, para cerrar la mesa.

Créditos fotografía principal: Ginnette Riquelme / CIDH

Eric Ramírez