Los alimentos en estado natural son productos perecederos, con un tiempo de vida relativamente corto. Partiendo de esa idea, es necesario realizar ciertos tratamientos para que sea posible la conservación y asegurar la calidad de los alimentos, por lo que cualquier alteración a la que sean sometidos para modificar sus condiciones, es un procesamiento.

“Este tipo de procesos necesitan asegurar la calidad del alimento, cuidar que la composición química de ellos no sea alterada durante el proceso, que sus condiciones sensoriales se mantengan de forma estable y que exista una correcta inocuidad e higiene”, indicó el doctor Luis Fernando Espinosa Camacho, docente de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana (LCNH) de la Facultad de Medicina de la UNAM, durante la conferencia transmitida por Facebook Live (https://bit.ly/3Q7TLbH) y YouTube (https://bit.ly/3mwxarO), moderada por la doctora Elvira Sandoval Bosch, Coordinadora de la LCNH.

Asimismo, el especialista indicó que existen cuatro tipos de alimentos de acuerdo con el nivel de procesamiento al que sean sometidos: los no procesados o mínimamente procesados como vegetales, frutas, algunas nueces e incluso la carne; ingredientes culinarios procesados como aceites que se extraen de algunas semillas, harinas o pastas integrales o que provienen de granos enteros; alimentos procesados, es decir, que llevan alguna adición de componentes para prolongar su conservación, sin llegar al último nivel de alimentos ultra procesados.

“Los productos ultra procesados son los que encontramos de manera más abundante en los supermercados o tiendas de conveniencia, porque el estilo de vida que ahora llevamos hace que este tipo de alimentos sean mucho más factibles para el consumo, ya que no requieren tanto tiempo para la elaboración de una comida a diferencia de los alimentos no procesados”, explicó el doctor Espinosa Camacho.

Ante esta situación, mencionó algunos puntos a los que debe enfocarse la industria para reducir la existencia de los alimentos ultra procesados, como producir alimentos más naturales para evitar el exceso de componentes dañinos (azúcares, sales y grasas), buscar alternativas de conservación de los productos sin la utilización de aditivos y usar materias primas propias de cada región.

“El procesamiento de alimentos realmente sí es necesario para que podamos tener una correcta conservación y calidad de la mayoría de los productos, además que permite que exista mayor variedad de comida a lo largo del mundo. Algo muy importante es que debemos de identificar muy bien sus componentes para tener una buena decisión al momento de consumirlos, y evitar su abuso, ya que nos vuelven propensos al desarrollo de enfermedades crónico degenerativas”, enfatizó.

Como recomendaciones, el académico indicó que hay que tener una dieta equilibrada, preferir alimentos de temporada y tradicionales, observar el etiquetado de los productos, beber agua simple en lugar de bebidas azucaradas y optar por el consumo mayoritario de alimentos en su forma natural, ya que van a favorecer un mejor estado nutricional y, por lo tanto, una buena salud.

Karen Hernández