Desde hace 18 años, la OMS instauró el 4 de febrero como el Día Mundial contra el Cáncer con el propósito de aumentar la conciencia sobre la importancia de prevenirlo y controlarlo, pues el organismo estima que para 2025 habrá 1.9 millones de defunciones.

No dañar nuestros órganos es la única medida que se tiene contra el cáncer, por ello es importante evitar los excesos, manifestó el doctor Gilberto Solorza Luna, integrante del Subcomité Académico de Oncología Médica de la División de Estudios de Posgrado en la Facultad de Medicina de la UNAM.
Aclaró que si bien es cierto que la enfermedad es imposible de erradicar, con el paso del tiempo los casos aumentan debido al ritmo de vida al que se han sometido los seres humanos.
“El cáncer aparece en muchas ocasiones por excesos, por ejemplo, hay profesiones como la de los soldados de la Marina que están acostumbrados a la radiación solar, pero una persona que no lo está si se broncea es probable que le va a afectar. Otras razones pueden ser el no comer, porque daña al estómago, o ingerir bebidas irritantes en exceso, porque generan acidez. Todo esto deteriora los tejidos, por lo que comienzan a reproducirse las células para poder cicatrizar y es cuando aparece la enfermedad”, explicó el especialista.
De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud, en 2016 se registraron, en México, 160 mil nuevos casos, de los cuales aproximadamente el 70 por ciento se detectó en etapas avanzadas, y 80 mil fallecimientos. Por esta razón, el doctor Solorza Luna también recomendó tener una cultura diferente, enfocada en la detección.
“Creo que estamos muy lejos de erradicarlo, pero lo que se puede hacer es tener una detección más temprana, tratar las lesiones para que no se conviertan en cáncer; acabarlo es difícil, el ciclo celular es parte de nuestra vida y por eso hemos convivido con el cáncer durante muchos años, pero se puede combatir el daño”, aclaró.
En México el cáncer se convirtió en la tercera causa de muerte. En mujeres el más suscitado es el de mama con más de 5 mil 400 muertes al año, la mayoría se detecta en etapas II y IV con un índice de supervivencia entre el 36 y el 7 por ciento, respectivamente, según datos del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva; mientras en los hombres, el de próstata genera cerca de 6 mil decesos y los más afectados son los mayores de 60 años.
En tanto, en el mundo existen un total de 14 millones de casos nuevos, ocho de ellos con consecuencias mortales, y cerca del 30 por ciento se originan a causa de la ingesta insuficiente de frutas y verduras, la falta de actividad física y del consumo de tabaco y alcohol, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En lo que se refiere a la medicación, el académico de Oncología aseveró que aún no todos son eficaces, por lo que los índices de mortandad seguirán creciendo si se invierte más en los enfermos que en prevenir el mal.
“La efectividad del tratamiento depende de localizarlo en una sola región, porque es mayor la probabilidad de éxito. Los tratamientos que ayudan a que no se vaya a otro lugar y no haga metástasis tienen muy buenos efectos, pero cuando se ha ido a otro lado, tratarlo es muy complejo. Eso también tiene que ver con la sensibilidad de la célula neoplásica a algunos medicamentos”, finalizó el especialista.

Samuel Aguirre