Elemento fundamental en los cuatro campeonatos del fútbol mexicano que ha conseguido Pumas en este siglo, Leandro Augusto Oldoni es hoy uno de los jugadores emblemáticos que ocupa un lugar destacado en la historia de triunfos del Club Universidad Nacional.
Su entrega y habilidades para contener en la media cancha y para crear jugadas en la ofensiva hicieron que el recién nombrado director deportivo se ganara la titularidad y la confianza de la afición durante los 11 años que jugó representando a la UNAM, tiempo en que el equipo ganó el Trofeo Santiago Bernabéu al vencer al Real Madrid, se coronó Campeón de Campeones en la liga nacional y se convirtió en el primer bicampeón en torneos cortos, bajo la dirección técnica de Hugo Sánchez.
Originario de Brasil, el exmediocampista comenzó a jugar a los ocho años en las calles de Paraná y a los 17 años fue campeón con Botafogo. En el 2000 comenzó su historia en el fútbol mexicano, jugando para el León.
“Un año después llegué a Pumas y mi vida cambió, pues hice realidad muchos sueños; además de ser un jugador profesional y formar parte de la Selección Nacional, crecí mucho como persona.
“Llegué en un momento complicado, en 2004 el equipo tenía 13 años de no ser campeón. Jugar la final con Guadalajara, ganarla en casa con el estadio lleno, te enchina la piel; es algo que tengo muy presente a pesar de los años, pues se vivía un ambiente de gran rivalidad entre los equipos, luego de algunas declaraciones del dueño de Chivas y de que nos marcaran un penalti inexistente en contra. “A partir de ahí tuvimos muchos éxitos y alegrías”, recuerda Leandro.
Ese mismo año Pumas lograría el bicampeonato al ganarle a Monterrey en su casa. Para 2007, se quedaría con el subcampeonato frente a Atlante, en 2009 conseguiría su sexta estrella ante Pachuca y en 2011 se coronaría con el séptimo campeonato al vencer a Morelia en el Estadio Olímpico Universitario.
“Estoy muy agradecido con el cariño que la afición siempre me mostró. Me siento muy identificado con México. Al principio tenía la idea de retirarme y regresar a Brasil, pero por todo lo que he vivido, por sentirme en casa, decidí quedarme y adquirir la nacionalidad mexicana”.
Aunque también jugó para el Tijuana, con el que ganó su quinto campeonato, Leandro reconoce que representar a la UNAM tiene un significado diferente. “Es un equipo distinto. No sólo representas a la afición fiel y entregada cada que juegas, sino a la casa de estudios más grande del país; sientes un gran orgullo y tienes que demostrar por qué mereces estar aquí.
“Me considero muy afortunado por seguir en el club, siento mucha identidad y un cariño muy grande por esta institución”, asegura el director deportivo y quien ha contribuido con su experiencia en la formación de fuerzas básicas, para que “pronto podamos ver a grandes jóvenes dar la alegría de otro campeonato”.
A los alumnos de la Facultad de Medicina les recomienda que todo lo que hagan, “lo realicen con amor, lo disfruten y den lo mejor de sí, pues tendrán una responsabilidad muy grande al cuidar la salud de los mexicanos”.
Lili Wences